Prepara a tu coche para el Otoño

Con el otoño y la llegada del mal tiempo conviene que compruebes el estado de tu automóvil. Te mostramos los siete elementos fundamentales a chequear y otras consideraciones.

A Puesta a punto del coche. Tras el verano puede que algunos elementos del coche estén en peor estado por haber tenido que estar expuestos a altas temperaturas. Lo ideal es llevar el coche a revisión para que comprueben que todo está bien: frenos, escobillas y limpiaparabrisas (en otoño harán falta de nuevo), luces, niveles de líquidos, neumáticos… ¡Deja el coche como nuevo!

1. Neumáticos

– Revisión: Su dibujo debe tener, por seguridad y por Ley, al menos 1,6 mm de profundidad. Para ello, fíjate en los testigos de desgaste que encontrarás en los surcos de la huella: cuando el taco de goma llega a su altura, estará justo en 1,6 mm.
– Sustitución: En el momento en el que la profundidad del dibujo sea menor de 1,8 milímetros, se recomienda cambiarlos por unos nuevos. Además, si los neumáticos tienen más de cuatro años -su fecha de fabricación viene grabada en el perfil de la rueda-, también conviene sustituirlos, pues la goma se endurece y cuartea y pierde hasta un 60% de su eficacia.
– Alargar su vida: Realizar una conducción suave favorece su durabilidad. Además, es importante evitar los bordillazos al aparcar y, sobre todo, llevarlos con la presión correcta -revísala cada mes y antes de cualquier viaje largo-.

 2. Escobillas

– Revisión: Visualmente, comprueba que su goma no está cuarteada y que barren correctamente el parabrisas.
– Sustitución: Cuando dejen rastros de suciedad o suenen más de lo normal -su vida útil máxima es de dos años-.
– Alargar su vida: Limpiándolas con un algodón empapado en alcohol y un trapo suave una vez al mes. Además, no las uses nunca, por ej., para quitar hielo del parabrisas.

 3. Líquido limpiaparabrisas

– Revisión: Algunos coches cuentan con un testigo, en el cuadro de mandos, que avisa cuando queda poco líquido limpiaparabrisas. Pero, en la mayoría, tendrás que comprobarlo observando el propio depósito situado en el vano motor, donde se almacena este líquido -te recomendamos rellenarlo al máximo cada vez que lo revises-.
– Sustitución: Lleva este depósito siempre lleno; el coste de este líquido es muy bajo y es bueno disponer siempre de él para limpiar la luna delantera y tener buena visibilidad.
– Alargar su vida: Utilizándolo con moderación. También puedes mezclarlo con un 50% de agua sin ningún problema… y, así, te durará el doble.

 4. Refrigerante

– Revisión: Para comprobar que el nivel del líquido refrigerante es correcto, debes fijarte que esté entre las marcas de máximo y mínimo de su depósito -es el más grande que hay en el vano motor-.
– Sustitución: Abre el depósito -siempre con el motor frío- y comprueba que no existen restos de óxido y que el color del líquido es normal -verde, rosa o amarillo-. De cualquier forma, los expertos aconsejan cambiarlo cada dos años -ya que cuesta poco-.
– Alargar su vida: No existe ningún truco para hacerlo… y conviene tenerlo siempre en buen estado y con un refrigerante acorde a las temperaturas de la zona donde vives: evitarás problemas si se producen heladas -de congelarse, el motor podría romperse-.

 5. Aceite

– Revisión: Con el coche ‘en frío’ y aparcado en llano, extrae la varilla que hay en el vano motor. El nivel del aceite debe estar siempre entre las marcas MÁX. y MÍN. No obstante, la mayoría de coches tienen un testigo en el cuadro de instrumentos que avisa si el nivel baja demasiado.
– Cambio: Para evitar averías, sustitúyelo en los intervalos de kilómetros que recomienda el fabricante en el libro de mantenimiento del coche -suele ser cada 15.000 km o dos años ya que, pasados esos periodos, el aceite habrá perdido hasta el 50% de sus propiedades-. Por otro lado, si el motor es gasolina y ves que el aceite está muy negro -en los diesel es normal que se ennegrezca-, sustitúyelo.
– Alargar su vida: El aceite se deteriora, sobre todo, por los cambios de temperatura de frío a caliente -llega a 100ºC-: evita los trayectos cortos y la conducción deportiva -se calienta más-.

 6. Batería

– Revisión: Mediante un testigo que tienen algunas baterías en su parte superior -si su color es verde, es que está bien-; pero si la tuya no dispone de él, en cualquier taller te verificarán su estado gratis.
– Sustitución: Si tiene más de cinco años, cámbiala: es su vida media y si es más vieja puede dejarte tirado en cualquier momento.
– Alargar su vida: Con el motor sin arrancar, nunca debes conectar la radio, las luces, la calefacción… porque consumen mucha batería. Además, conviene mantener limpios los bornes de la batería; puedes limpiarlos con un cepillo y, después, aplicar una vaselina.

 7. Alumbrado

– Revisión: Aparca frente a una pared dentro de un garaje para comprobar, mediante el reflejo, que todas las luces funcionan. También puedes pedir ayuda a cualquier conocido para que te indique si están bien.
– Sustitución: Los expertos aconsejan hacerlo cada cinco años, ya que con el tiempo las bombillas pierden intensidad. Recuerda que, además de peligroso, llevar algún faro delantero fundido supone una multa de 200 euros -sin pérdida de puntos-.
– Alargar su vida: Utilizándo las luces sólo cuando sea necesario -no te olvides de apagarlas cuando salgas de un túnel-. Además, iluminarán mejor si,cada vez que lavas el coche, limpias el faro por fuera utilizando un paño y limpiacristales según Ftome.

B. Consulta la previsión meteorológica antes de emprender el viaje. El otoño es una estación muy bonita, pero también muy inestable en cuanto a condiciones meteorológicas. Puedes tener suerte y que te toquen días de sol y temperaturas agradables, pero podrías también enfrentarte a un viaje bajo la lluvia intensa o metido en la niebla. Hay condiciones en las que disfrutar de la conducción es más complicado. Si va a hacer mal tiempo y puedes cambiar de fecha tu viaje, hazlo.

C. ¡Prudencia! Este consejo es básico para cualquier viaje en coche en cualquier estación del año, pero los constantes cambios de tiempo del otoño hacen que sea necesario doblar la prudencia al ponerse al volante. Recuerda que, aunque no lo notes, el mal tiempo en carretera te pondrá más nervioso y te cansará más, por lo que no dudes en parar en un área de descanso o hacer cambios en el itinerario para evitar conducir más. Puede que hasta descubras un nuevo lugar preferido del que no tenías noticias.

D. Cuidado con las hojas. Uno de los espectáculos que ofrece la naturaleza en otoño es el de las hojas de los árboles cambiando de color conforme se van secando y, finalmente, cayendo al suelo. No obstante, las hojas secas pueden crear también peligros: si llueve y están mojadas sobre la carretera, su efecto puede ser similar al del aquaplaning, así que reduce velocidad y atraviésalas con cuidado. Procura también limpiar al final de cada trayecto el coche de las hojas secas que hayan ido cayendo sobre él para que no se acumulen y atasquen conductos dice Citroën

 

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