Se debería pagar con tarjeta en autobús en toda España

Se debería pagar con tarjeta en autobús en toda España

La Asociación de Empresas Gestoras de los Transportes Urbanos Colectivos, ATUC, cree que el sistema de pago con tarjeta en el transporte público debería hacerse efectivo a toda España. Una tecnología que la EMT de Madrid ha presentado en una prueba piloto para pagar los billetes sencillos mediante tarjetas bancarias sin contacto, el contactless, en dos de sus líneas de mayor afluencia.

A este respecto, para la patronal esta medida supone un paso más en la elaboración de un Plan de Integración del transporte público en el que el concepto importante sea la identificación del usuario al comenzar su viaje, independientemente del modo en el que acceda y salga del sistema. El objetivo es eliminar barreras y facilitar el intercambio entre diferentes transportes, de modo que el viajero no tenga que preocuparse de conocer cómo se estructuran las tarifas del transporte público ni de elegir ni recargar periódicamente un título específico.

La implantación de este tipo de tecnologías permitirá en un futuro la interoperabilidad entre tarjetas de distintas ciudades, de manera que cualquier persona podría utilizar su tarjeta habitual de transportes en una ciudad diferente a la suya, pagando posteriormente en función del uso. Además, a este nuevo escenario podría unirse cualquier emisor de tarjetas sin contacto que quisiera ofrecer el servicio de transporte público a sus clientes, como centros comerciales, bancos e incluso hoteles.

Para el secretario general de ATUC, Jesús Herrero, “la movilidad es tiempo y dinero. Por ello, hay que desarrollar medidas encaminadas a facilitar la vida del viajero y fomentar el uso del transporte público como un todo”. No hay que olvidar que cada vez más ciudadanos optan por el transporte público como su manera de desplazarse por la ciudad.

Pagar sin dinero físico, ventajas bidireccionales

El desarrollo de sistemas tarifarios inteligentes es una de las piezas ‘estrella’ del nuevo modelo de movilidad que reclama el sector, ya que este cambio tecnológico eliminaría los cuellos de botella en puntos de venta y de acceso, a la vez que reduciría los costes operativos del servicio y la posibilidad de explotar nuevos modelos de negocio.

Asimismo, se evitarían esperas innecesarias no sólo en la adquisición del billete sino en las propias paradas, donde el ciudadano español espera de media entre 5 y 15 minutos, ya que el conductor no tendría que cobrar en el propio vehículo. En la actualidad, uno de cada diez viajes en autobús se pagan ‘in situ’, aunque en algunas ciudades se alcanza el 35%.

Esta reducción de los retrasos por el cobro del billete en efectivo repercutiría en la velocidad comercial del autobús, un aspecto relacionado directamente con el uso del servicio. De media, los autobuses circulan por ciudad a una velocidad media de 12 kilómetros por hora y con sólo incrementarla en un 10% los ciudadanos podrían recuperar un día de su vida al año, según los cálculos de ATUC.

Por otro lado, este sistema de pago, similar al que se realiza en establecimientos como restaurantes o supermercados, supone además una fuente de información muy importante para el sector, ya que les permite hacer una radiografía del viajero y, por tanto, de la movilidad de una ciudad.

Así, gracias a la inteligencia de datos, pueden utilizar de manera más eficiente sus recursos, ofreciendo un servicio de mayor calidad. Y es que con la identificación del viajero, las empresas gestoras pueden saber los hábitos de movilidad de los ciudadanos y, por tanto, cuáles son las líneas que necesitan una mayor frecuencia, cuáles son las horas de mayor concentración de viajeros, cuales son los transbordos más comunes…

El referente británico

La eliminación del dinero físico para viajar en transporte público que empieza a dar sus primeros pasos en España funciona con éxito en otras ciudades desde hace tiempo. Es el caso de Londres, donde desde julio de 2014 no se puede pagar en efectivo en los autobuses. Para viajar en los populares buses rojos de dos pisos es necesario disponer de una tar­jeta de trans­porte, siendo la más común la Oys­ter (tar­jeta de trans­porte plás­tica y recar­ga­ble), o bien una tar­jeta ban­ca­ria de pago sin con­tacto, con­tactless.

Eso sí, los británicos han ido un paso más allá, ya que el transporte público londinense ofrece un sistema inteligente en el que se paga en función del uso que se realiza, pudiendo elegir entre el pospago o la recarga previa de saldo y ofreciendo las mismas condiciones tanto si se accede con una Oyster como si se opta por una tarjeta bancaria sin contacto.

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