Si te compras un casco… ¡mídete la cabeza!

¿Comprarías unos pantalones que te ajustan demasiado y te impiden moverte? ¿Y unos demasiado holgados con los que sólo hicieras que tropezarte? Si a la hora de comprar ropa buscamos siempre aquellas prendas que nos “queden” mejor, el mismo principio debemos seguir al comprar un casco de moto. Aunque en esta ocasión, además de la finalidad estética —que también la tiene, para qué negarlo—, debe primar siempre la seguridad.

Cómo calcular la “talla” del casco

La premisa a la hora comprar un casco es evidente: no todas las cabezas son iguales y, por lo tanto, no todos podemos utilizar la misma talla de casco. Para conocer nuestra talla basta con medirnos el contorno de la cabeza con una cinta métrica, situándola a la altura de la frente, por encima de las orejas y unos dos centímetros por encima de las cejas. A continuación, con los centímetros resultantes, comprobamos a qué talla corresponde según la siguiente tabla de equivalencias.

talla_casc_CAST

Si la medida queda justo entre dos tallas, se recomienda escoger siempre la superior.

No todas las marcas son iguales

La tabla recoge unas medidas orientativas pero, como también sucede en el caso de la ropa, no existe un estándar para todos los fabricantes de casco. Por ello, la norma básica debe ser siempre probarse el casco antes de comprarlo y asegurarse que se ajusta perfectamente a nuestra cabeza según los siguientes consejos:

  • Ponerse el casco cogiéndolo por las cintas de la hebilla con cada mano. Debe parecer que no va entrar o que queda demasiado justo.
  • Una vez puesto, asegurarse que no aprieta demasiado y no provoca malestar en alguna parte de la cabeza. En ese caso, deberemos probar con uno más grande.
  • Por el contrario, comprobar también que no va demasiado grande. Hay que intentar meter los dedos por la nuca. Si entran con facilidad y pueden moverse dentro del casco, quizás sea demasiado grande.
  • Mover el casco con las manos mientras se mantiene la cabeza al frente. Si el casco “baila”, es posible también que sea demasiado grande.
  • Abrocharse la hebilla y ajustarla a la medida del cuello. A continuación, intentar sacarse el casco. Si sale con facilidad, también habría que probar con otra talla. Vía http://blog.racc.es/
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