A las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad del Estado

Dicen que la salud del enfermo se ve comprometida cuando se ve afectado su sistema inmunológico, en términos médicos convertirnos en un cuerpo endeble es el primer paso para noquearnos hasta convertirnos en un cuerpo inerte que ni siente ni padece, el paso definitivo para convertirnos en desayuno de organismos parasitarios.

Comprendo que la comparación pueda resultar algo ruda, pero para mí es el símil perfecto cada vez que observo cómo la izquierda radical de este país quiere desayunarse la moral de una sociedad entera para convertirla en un cuerpo endeble, maleable y abandonado al dogmatismo para atacar a su línea de flotación, aquello que ellos no pueden dominar, entender ni querer: el patriotismo. No crean, tiene su lógica; una patria sin orgullo, bandera, himno, la osadía del idealismo, la generosidad y esfuerzo de sus fuerzas armadas y fuerzas de seguridad del Estado, no es una patria, es un pedazo de tierra seco y estéril sin más trascendencia que la de ser abonado por la oquedad y la banalidad.

La simple teoría del continente y el contenido, también válido para los principios: para llenar un hueco primero hay que vaciarlo de aquello que estaba antes.

A esos parásitos oportunistas esperando a succionar la sangre de España para inocular la del bolivarianismo en el que ellos no serían capaces de sobrevivir, quizás haya que explicarles aquello que ya saben: que es imposible comparar la mediocridad moral con la grandeza de hombres y mujeres que defienden a españoles y extranjeros sin la necesidad de ponerles cara, Hombres y mujeres que abandonan durante meses a los propios para cuidar como hermanos a los extraños, hombres y mujeres por tierra, mar y aire sin más colores que los de la bandera de España y sin más estandarte que el de la lealtad y el orgullo.

Quizás convendría que los padres y abuelos de aquellos burgueses despeinados que salen a cazar policías en manadas arengados por sus enclenques jefecillos de cuchitril, les explicaran que esa misma policía protegía sus vidas y sus libertades con la suya propia.

Quizás convendría tener en cuenta que los nacionalistas alimentados por la indolencia del gobierno y por la demagogia parasitaria de la izquierda nunca sintieron en su nuca el aliento del asesinato y quizás por eso siguen llamando a la guardia civil; «cuerpo de ocupación» a pesar de haberles costado la vida a más de doscientos de ellos. Es la guardia civil la que escolta a los subproductos ideológicos del nacionalismo de las cárceles. La víctima escoltando al victimario.

Sinceramente; ¿imaginan ustedes a algún miembro diseñado en el laboratorio de la izquierda radical de este país combatiendo el yihaidismo en Malí o llevando ayuda humanitaria a Afganistán? No, no les pregunto si creen que estos personajes mancharían sus pantalones, les pregunto si creen que alguno de ellos alcanzaría a comprender el significado real de la palabra generosidad mientras la propugnan falazmente en sus algaradas urbanas antes de volver a casa a pedirle la paga a papá.

Desde estas líneas levanto orgullosa la voz para exclamar VIVA LAS FUERZAS ARMADAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD DEL ESTADO

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