¿Urnas o playa?

Amigos, pero sin derecho a roce

Así parece que es la relación de los concejales del PP en el Ayuntamiento de Valencia con su partido. «Os destituimos como afiliados del PP, pero permitimos que sigáis formando parte del grupo en el Consistorio. Es decir, os queremos, pero no mucho y que no nos vean juntos, porque nos da vergüenza». Desde luego que la supuesta lucha contra la corrupción interna del Partido Popular da para una película. Ahora falta decidir si para una comedia o para un drama, algo que yo no tengo claro. El drama es para los valencianos, eso sí que no tiene discusión, pero el esperpento de las medidas anticorrupción del PP valenciano bien pueden servir para un “sainete”.

Parecía que con el señor Fabra, los populares valencianos se empezaban a tomar con algo de seriedad lo de atajar la corrupción en su partido, pero con la actual presidenta, Isabel Bonig, parece que todo ha vuelto a su cauce habitual, el de actuaciones, cero.

Sospecho que no se han dado cuenta del bochorno que supone para sus votantes que todos menos uno de sus concejales estén imputados. Que todos menos uno de sus concejales sean sospechosos de haber cometido un delito. A fin de cuentas, igual a mí no me debería preocupar lo que le pase al Partido Popular, y realmente tampoco crean que me importa demasiado. Al final cada uno debe de ser responsable de sus actos. Pero eso precisamente es lo que me molesta, que los que se hacen llamar populares valencianos nunca tienen la culpa de nada. Y hasta de que nos puedan haber robado tenemos la culpa el resto de valencianos y valencianas.

Déjense de hipocresías y medias verdades y si creen que son inocentes defiéndanlo, pero si creen que son culpables, si saben que son corruptos, sean por una vez, aunque solo sea una vez, inflexibles y contundentes contra la corrupción.

Artículo de colaboración de Toni Subiela

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