William Vansteenberghe

¿Arde Paris?

Las palabras pronunciadas por Hitler a lo largo de toda una noche al gobernador alemán Dietrich von Choltitz, decidido a incumplir las órdenes de quemar todo los monumentos de la ciudad de la Luz parecen revivir en los tiempos actuales que vive la ciudad gala.

¿Pero por qué ahora?

El atentado perpetrado por los lobos solitarios del Daesh, contra Charlie Hebdo, nada tiene que ver con lo ocurrido en esta ocasión. El primero era un acto de venganza con la intención de demostrar que el Daesh podía lograrlo, donde otros habían fracasado. Eran los tiempos de la expansión del Califato, cuando las potencias internacionales eran incapaces de poner orden entre las dos guerras que se habían sumado de una forma perversa, la de Irak, y la de Siria.

Hoy no es lo mismo, el Daesh, utiliza una táctica de guerra. Uno de los terroristas exclamó: “Os haremos padecer lo que nosotros sufrimos en Siria”, esto fue un grito de soldado, y en él la afirmación de que el Daesh la está perdiendo. Este acto que pretende incidir sobre las opiniones públicas europeas para que sus gobiernos se retiren de la lucha, y por ello muy posible que este sea solo el primero, lo demuestra. Magro consuelo.

Pero el cantante Reggiani, cantaba: “Los lobos han entrado en Paris”, ¿Pero quién los dejó entrar?: ¿ la falta de futuro de parte de la población europea, el fracaso admitido de los planes de integración, la etnocentria que nos empuja a pensar siempre desde hace dos siglos, que somos superiores a los demás pueblos, quizás la tradición religiosa malinterpretada o el plácet que nos otorgamos los occidentales a la hora de intervenir en los asuntos ajenos. Lo sucedido en Beirut, Bagdad, Paris, Londres o Madrid, tiene el mismo valor y mientras no aceptemos esto, seguiremos matando en nombre del bien justificador para alguien. La diferencia es la que permite la desigualdad, y en ella anida feroz, la venganza.

Artículo escrito por Guillermo Vansteenberghe

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