Mare Nostrum, Un mundo difuso para una agricultura en riesgo

Beligerancia versus Balanzas Fiscales

Cuando en 2008 el Ministro Solbes presentó las balanzas fiscales, con datos de 2005, se iniciaba la larga travesía del desierto para esta Comunitat, agravada por un sistema de financiación injusto sustentado en la Ley 22/2009. Desdeñada y ninguneada por la óptica mesetaria y centralista, el orgullo y temperamento de nuestras gentes nos ha hecho vivir de espaldas a una realidad que seguía lastrando nuestras potencialidades socio-económicas. La infrafinanciación crónica que sufre nuestra Comunitat había sido ratificada tanto por la Comisión de Expertos de les Corts, el Alto Consejo Consultivo Jaime I y por el prestigioso IVIE.

El Estado, por ejemplo, solo aporta el 89’3 % del gasto de la Generalitat en Sanidad y Educación, 17 puntos por debajo de la media nacional (106’3), suponiendo estos dos conceptos más del 70% del gasto de la Generalitat. Pero no sólo eso, llevamos años de retraso en infraestructuras básicas para nuestro desarrollo, sirviendo de moneda de cambio en el entramado geopolítico nacional, lo que ha supuesto que durante años se exigiera una reorientación de las políticas de Madrid hacia esta tierra y un cambio en un modelo de financiación que rompe el principio de igualdad estableciendo unas diferencias inadmisibles entre Comunidades. En plena batalla, el Conseller Moragues se ha constituido en el verdadero baluarte de la Hacienda valenciana, el ariete de nuestras reivindicaciones en el CPFF. Y nuestros presidentes Fabra y Rus, en el epicentro del debate político, pueden decirlo si cabe más alto, pero no más claro: Valencia no se rinde.

Que el sistema de financiación es un sudoku multivariable y complejo es una realidad, y que el debate sobre su modificación es ya inaplazable también, aún más cuando el reciente Informe sobre las balanzas fiscales ha vuelto a demostrar que nuestras reivindicaciones, centradas en demandar un modelo centrado en las personas y no en los territorios, no eran infundadas. Presentado por el grupo de expertos dirigido por Ángel de la Fuente, Director de FEDEA y del Instituto de Análisis Económico del CSIC, establece una nueva fórmula de cálculo, basada en el método de “carga-beneficio”, que tiene en cuenta quién se beneficia del gasto, en vez de utilizar el método del “flujo monetario”, basado en criterios territoriales para la imputación del gasto.

El Informe, con datos 2011, pone negro sobre blanco que la Comunitat aporta más de lo que recibe, con un déficit fiscal superior a los 2000 millones, lo que la sitúa a la cola en recursos por habitante, con un índice del 88,4 %, y un PIB per cápita de 19.502 euros, por debajo de la media nacional, que es de 22.279 euros. Lo que confirma una discriminación extrema, única y estructural, en palabras del Conseller Moragues, que todos reconocen.

Montoro se ha equivocado en su estrategia, y sus mensajeros no han hecho más que alimentar un sentimiento unánime de indignación, ellos lo llaman beligerancia, para dilatar los tiempos que desde los Ministerios administran para cubrir las necesidades de “las provincias”. La estrategia es equivocada porque Madrid bien sabe que la Comunitat Valenciana es imprescindible para España en estos momentos de recuperación. Hemos sido motor del crecimiento y griparnos es generar un serio problema a la economía española que Rajoy no se puede permitir. El sol, la playa, nuestras fiestas y nuestra particular idiosincrasia que establecen una imagen distorsionada de nosotros, no pueden obviar el sudor sobre los cuerpos curtidos de este pueblo emprendedor. Y mientras, a nuestra izquierda siguen en su dinámica de criminalizar todo lo que huele a PP. Inmersos en sus cuitas internas por llevarse una tarta electoral que les aliena, los datos del paro vuelven a evidenciar que vamos en la buena dirección. Once meses seguidos creando empleo y diez aumentando las cotizaciones a la Seguridad Social. Esa en nuestra verdadera beligerancia.

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