Desde hace un tiempo, vengo sintiendo la inseguridad de vivir y de moverme por Europa; primero fue Madrid con el 11M, después Londres, para llegar a Paris el 13/11 y este pasado fin de semana con la amenaza al corazón de la Unión Europea – Bruselas.
Por una parte, debo reconocer que el gobierno Belga ha tratado el asunto como un secreto de Estado y limitó prudentemente la información para no dar a conocer sus movimientos y para no hacer publicidad gratuita a la lacra terrorista y, por otra parte, ordeno el cierre de colegios, universidades, comercios y hoteles así como, de las instituciones y organismos públicos, cuya seguridad no podía garantizar.
Si algo tenia de bueno tenía Europa, a parte de su nivel medio Económico, era la seguridad y tranquilidad con la que se vivía; exceptuando los casos de delincuencia común que, en unos países mas y en otros menos, era lo único que nos sobresaltaba, amén de los casos de terrorismo en España y en Irlanda. A pesar de ello, se podía decir que la vida era relativamente fácil y segura. Ahora, el miedo empieza a hacer parte de nuestras vidas y se reconoce abiertamente la dificultad para exterminar la lacra terrorista de nuestro entorno.
Pero, fácil sería combatir el terrorismo yihadista si este fuera importado. Lo mas preocupante de esta historia es que en los atentados yihadistas nos estamos encontrando con que en su autoria coinciden ciudadanos europeos de segunda y tercera generaciones y, esto, nos lleva a formularnos las siguientes preguntas: ¿En que estamos fallando para que sean nuestros conciudadanos los que cometan los atentados ideados fuera de nuestras fronteras? ¿Que falla en nuestro sistema de seguridad que permite que un terrorista fichado, circule libremente entre países y que la propia policía no los detenga? ¿Quien, después de conocer la brutalidad de los atentados cometidos, es capaz de dar cobertura a estas alimañas y dormir tranquilo?
Son tantas las preguntas y tan pocas las respuestas que la carencia de esas respuestas solo hace que engrandecer el terror y, por lo tanto, crecer la inseguridad. Alguien tendrá que empezar a tratar seriamente este asunto para beneficio de los ciudadanos.
Artículo escrito por Alfonso Marco