Cataluña 2014

Menudo año nos van a dar los necionalistos catalanes con su aquelarre reaccionario, por el que pretenden transformar 2014 en «el Año de la Peste, Año del Burro en chinesco».

Se nos han puesto estupendos, el Masías y sus adeptos, a fin de que 2014 sea el 1714 que jamás existió, el de la Cataluña liberada de la puta España de los cojones, que diría el charnego fino. Y eligen para erigir su muro –contra España, contra Europa– el 9 de noviembre, en que se cumplirán 25 años de la demolición del de Berlín. Genios.

No se me ocurre mejor momento para (re)leer ‘Contra Catalunya’, obra magna de Arcadi Espada que retrata a esta panda de apandadores que afean, asaltan, amordazan, degeneran, encizañan a su ‘amada’ (¡más te quiero, Mas te pego!). Qué no diría de ellos el doctor Johnson: ¿»¡La patria es el último refugio de los canallas!»? Y quien dice el ‘Contra Catalunya’ de Arcadi Espada («Los primeros que confundieron a Pujol con Cataluña fueron los socialistas de Cataluña. Se trató de una gran desgracia para todos») dice el ‘Quintacolumnismo’ de Arcadi Espada («Como siempre que pintan bastos, España acaba cargándosela aquí. España […] es utilísima. Encubre, piel de toro al cabo») o el ‘Informe sobre la decadencia de Cataluña reflejada en su estatuto’, de Arcadi Espada («Las posibilidades de que se promulgue el documento aprobado por el Parlamento catalán son nulas. Pero esto no va a impedir que el Estatuto de 2005 pase a la historia como uno de los más vibrantes ejemplos de pobreza intelectual y política que haya impulsado nunca el nacionalismo catalán»).

O el ‘Diccionario persa de Cataluña’ de Miquel Porta Perales («¿Cómo es posible que el boicot a los productos catalanes haya prosperado en los Países Catalanes? Aquí falla algo»). O ‘La decadencia de Cataluña’ de Gregorio Morán (¿recuerdan?). O, para cuadrar la media docena, el ‘Votaré no a la secesión de Cataluña’ de Juan Carlos Girauta, que les compra la mercancía consultista para hacerles un traje jurídico y clama por «que hablen los ofendidos por los fabricantes de ofensas imaginarias»:

Llegará el momento, no nos engañemos. Llegará el momento de las papeletas cruciales, ya sea en un impecable referéndum con todas las de la ley (que no creo, aunque deseo), en una consulta sui géneris (que no creo, ni deseo) o en unas elecciones plebiscitarias (que sí creo, aunque no deseo). Cerrar los ojos a lo inevitable no sólo resultaría inútil a los catalanes que deseamos seguir en España; resultaría fatídico. Pudiendo darle al nacionalismo la lección de su vida, no le regalemos todas las ventajas expositivas, argumentales, pedagógicas y propagandísticas. Yo, al menos, no pienso hacerlo.

Hay más, toda una bibilioteca (Pericay, Barraycoa, Boadella, Goligorsky… ¡Tarradellas! [«Por esta Cataluña que tiene que ponerse a trabajar más que nunca para lograr fuerza y prosperidad. Para que sea un ejemplo para todos los pueblos de España»]), qué bueno pero qué pena. Qué maldita pérdida de tiempo. Al habla de nuevo el ‘quintacolumnista’ Arcadi Espada:

Desde los ochenta, por necesidades del guión, hemos tenido que dedicar lo mejor de nosotros mismos a la evaluación y crítica de los nacionalismos, un muy estúpido asunto desde el punto de vista intelectual que ha acabado por consumirnos.

Afortunada y lamentablemente, no: aquí seguimos. Consumiéndonos. Siendo más pesados que ellos.

 

Mario Noya (@marionoyam)

 

Los comentarios están cerrados.

Ir arriba