Comunidad Valenciana, frontera con Cataluña

Lo urgente impide ver lo importante. Andan los políticos valencianos con la necesaria financiación autonómica, la guerra contra el paro y resolviendo imputaciones, cada uno desde su trinchera, y no dedican ni un segundo a reflexionar y valorar que el plan soberanista de Cataluña nos coloca como frontera con otra nación. La Comunidad Valenciana frontera con Cataluña.

En el Parlamento español Rajoy y Rubalcaba ya han tenido que dar por oída la amenaza, con lo cual no puede seguir ignorándose el órdago de Artur Mas y Oriol Junqueras. Un órdago ilegal y condenable, pero que acabará en una negociación sobre competencias y dinero. Ya nada volverá a ser igual como antes de planteado el plan soberanista. Incluso gracias a este extremo se consolidará un pacto constitucional que afectará a otras tareas políticas. Un pacto constitucional frente a una tropelía.

Y nada volverá a ser igual para España, para la política, para las instituciones, para la economía y para los territorios vecinos. Conformada o no como nación independiente, con razón o sin ella, arruinada o victoriosa, Cataluña va a ser el eje del compás que va a forzar todo el cambio en el entramado económico institucional español. ¿Cómo nos afectara a las comunidades fronterizas? (ver http://valencianews.es/2014/opinion/cataluna-marcara-la-politica-valenciana/)

En la Comunidad Valenciana es un tema que nos escuece y lo evitamos en público. La derecha blavera opta por el desprecio hacia los catalanes como mejor solución. Y la izquierda catalanista calla para evitar que los identifiquen con la postura independentista y pierdan electoralmente hasta la estrella de la bandera. Pero el tema está ahí. Salga o no salga el plan soberanista la Comunidad Valenciana queda totalmente afectada. Es lo importante, además de lo urgente.

El Consell del PP vive pendiente de los problemas de gobierno y dedica poco a tiempo a este tema. Es más: en la interparlamentaria de Valencia ni se mencionó el asunto, como si ignorándolo desapareciera. La valiente y estratégica insistencia de Alberto Fabra con la financiación de la Comunidad debe ser aún más fuerte a cuenta de que la respuesta que no da Rajoy es porque está pendiente de cómo arregla asimétricamente lo de Cataluña sin molestar a los otros. Es cierto que, como dice el presidente Fabra, “la nueva financiación dará a todos las mismas oportunidades”, pero no el mismo dinero.

Y qué decir del PSPV/PSOE. La contradicción de los socialistas es de tal calibre que incluso hay militantes y simpatizantes de este partido que estarían por provocar un proceso parecido en la Comunidad Valenciana, a la que llaman País Valenciano. No en vano parte de sus males vienen de ese pecado original. Por eso Ximo Puig ni siquiera lo plantea. Creo que ni siquiera quiere verlo. ¡Menudo marrón! ¡Plantearse en público las consecuencias del plan soberanista catalán!

Y eso los partidos de gobierno, que deberán lidiar con esas consecuencias, llegue hasta dónde llegue el despropósito de Mas y Junqueras. ¿Qué pasará con el Corredor Mediterráneo? ¿Y con el turismo que frenarán en Salou? ¿Y la financiación asimétrica? ¿Y la lucha de los puertos? ¿Y los universitarios valencianos que cursan en universidades catalanas? Y etc, etc, etc… Demasiado gordo para planteárselo.

Los otros partidos no cuentan en este juego, porque no son alternativa de poder. Aunque es curioso que también miren hacia otro lado, no vaya a ser que se hundan las perspectivas mediáticas que los mantienen hacia el tripartido. Los de Compromís hablan mal del nacionalismo español, pero no llegan al extremo de hablar bien del nacionalismo catalán, que ya no los financia con las alegrías de otras épocas. Esquerra Unida juega en la división del voto antisistema y esto le supera.

Es un tema muy importante, como se ha demostrado en el debate parlamentario. Por eso resulta increíble la indiferencia con la que se asiste en la Comunidad Valenciana (ni la sociedad civil que frecuenta Barcelona lo quiere hablar) al proceso que nos puede situar como frontera con otra nación. Y estas cosas pasan, como pasó lo de Bankia, lo del Banco de Valencia o lo de la CAM, el Valencia CF o la RTVV. Parece que no vayan a pasar nunca, pero pasan. ¿Qué haremos entonces? ¿Mandar a El Palleter?

Jesús Montesinos
www.jmontesinos.es

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