Mare Nostrum, Un mundo difuso para una agricultura en riesgo

Con paso firme

Hace 224 años el viejo continente se convulsionaba con la Toma de la Bastilla antesala de la Revolución francesa que suponía la caída del Ancien Régime símbolo del Absolutismo. La búsqueda de un «orden nuevo», la ruptura con el pasado supuso un paso decisivo que ha marcado la evolución del pensamiento político hasta nuestros días. Ahora nos encontramos también en una encrucijada histórica. La realidad socio-política agravada por la intensa crisis económica que nos ha azotado plantea nuevos retos, al descubrir con su alcance otra crisis, quizás más profunda, una crisis de valores que está socavando el sistema mismo.

Multitud de voces se alzan en estos momentos reclamando también un cambio de paradigma, una revolución de las ideas que comporte una auténtica regeneración de un sistema que ha entrado en una crisis de legitimidad de la clase política. Y esas voces reclaman una vuelta de la Política, en su expresión más weberiana, capaz de sensibilizar a un cuerpo electoral que cada vez se siente menos cautivo de una partitocracia cuestionada por sus propios errores al distanciarse del ciudadano que es sólo visto como un «sujeto electoral». Estamos asistiendo al desmoronamiento de un sistema que ha primado el «gobernar» por encima del «representar» a esos ciudadanos en un claro ejemplo de desviación democrática.

Sobra retórica y faltan ideas. El mundo en el que vivimos se transforma y la sociedad con él y las estructuras tradicionales se resquebrajan por el desconcierto y la incertidumbre, cuyo resultado más obvio es el populismo, cuya dialéctica decimonónica se suma a la ceremonia de la confusión que agita a una ciudadanía huérfana que necesita aferrarse a un compromiso de regeneración democrática como garantía de futuro.

En estos momentos en que parece que la economía está dando una tregua a la política, desde la Comunitat Valenciana estamos asistiendo a una apuesta decidida por mejorar la calidad democrática de las instituciones. El President Fabra está impulsando una decidida regeneración para acercarse a una ciudadanía desafecta con la clase política, propiciando un nuevo debate de ideas que aporten aire fresco y esperanza a una Sociedad ávida de respuestas.

El paquete de medidas dispuesto para el debate y la reflexión, comporta no sólo una racionalización de la estructura político-institucional, sino que profundiza en la mejora del concepto de representación propiciando una mayor participación y la eliminación de barreras bajo el control de los «aparatos» que son cuestionadas por los propios actores.

Modificar la Ley Electoral, reducir el número de Diputados, apostar por la elección directa de nuestros Alcaldes, participar de un proceso de primarias que rompa la endogamia interna, limitar los mandatos, garantizar la estabilidad de las instituciones para que gobierne la lista más votada, etc. es mucho más que una mera declaración de intenciones.

Es poner en valor la misma Democracia haciéndose eco del clamor de la ciudadanía que demanda una mayor representatividad, mayor proximidad y respuesta a sus problemas. Es partir de lo que hemos conseguido como Sociedad en este período constitucional, porque construir en política no significa hacer tabula rasa. No podemos destruir para seguir construyendo siguiendo esa tendencia tan nuestra de autoflagelarnos constantemente. Es volver a la misma esencia de la Política, la resolución del conflicto y la búsqueda del bien común, partiendo de la base de que el político primero es ciudadano antes que político y, por ello, debe pensar, sentir y hablar como ciudadano para ser verosímil. Y aquí encontramos la principal causa de esa desafección, ya que el político se ha sentido primero político que ciudadano.

Apostemos pues por avanzar en esta dirección. La regeneración necesita debate y análisis, apuesta y decisión, valentía, responsabilidad y coraje, y en ese sentido el Partido Popular ha sabido leer perfectamente la tendencia marcada por los ciudadanos. Ahora debe buscar ese empoderamiento, esa complicidad para seguir con paso firme en la consolidación de un nuevo modelo que nos permita alcanzar mayores cotas de progreso cívico.

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