Cuando la realidad se parece demasiado a la ficción de V de Vendetta

Pero, la verdad sea dicha, si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo. Sé por qué lo hicisteis, sé que teníais miedo ¿Y quién no? Guerras, terror, enfermedades. Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y,presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler. Os prometió orden, os prometió paz. Y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión – V en la película V de Vendetta.

Los atentados de París de la semana pasada fueron un acto terrible e injustificado. Eso es indiscutible. Sin embargo, conforme pasa el tiempo y se suceden las reacciones estamos viendo la dirección que van a tomar los acontecimientos en el campo político. No es ningún secreto que diferentes gobiernos del mundo llevan años queriendo regular internet.

Lo más sorprendente es que mientras los países menos libres llevan a cabo una censura muy estricta contra su población, los países occidentales también quieren apuntarse a esta tendencia. Por definición, un Estado tiene un interés tremendo en el status quo y en su mantenimiento. Las tensiones y la inestabilidad es contrario a su naturaleza y perjudica sus fines.

Internet se ha revelado como la mayor fuerza disruptora de la historia de la humanidad. Su propia naturaleza favorece la superación, eliminación y evolución de los status quo a una velocidad nunca vista. Por eso, los Estados miran con recelo a internet.

En los atentados de París de la semana pasada han encontrado la excusa perfecta para asustar a la población y exigir medidas de control de internet mucho más fuertes. Tenemos miedo, es normal estar asustado. Podría haberle pasado a cualquiera. Esas medidas no las aceptaríamos en una situación normal. Pero ahora está en juego nuestra seguridad.

Aquellos que renunciarían a una libertad esencial para comprar un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad y con frecuencia acaban perdiendo ambas – Benjamin Franklin.

Ayer saltaba la noticia de que el Reino Unido tenía planeado prohibir las comunicaciones cifradas a nivel de usuario. Es decir, aplicaciones tan famosas como Whatsapp, Telegram, Line, Facebook Messenger o iMessage deberían renunciar al cifrado de los mensajes.

Si antes se ha demostrado que diferentes gobiernos espiaban de manera indiscriminada a su propia población (ver el escándalo de la NSA y Snowden), ahora quieren reducir la seguridad de esas mismas comunicaciones para poder espiar mejor a los delincuentes. Esta vez es de verdad. De verdad de la buena.

Ahora quieren que creamos a las mismas instituciones que nos han mentido tantas veces en el pasado sobre este mismo tema.

Nos prometen orden, nos prometen paz. Lo único que esperan a cambio es nuestro silencio y obediencia absolutos. ¿Alguien duda de quién sale perdiendo en esta ecuación?.

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