¿Cuándo se financiará la economía real?

Esta es la pregunta que se ha hecho esta semana el presidente de la CEV, Salvador Navarro, durante su intervención en el Fórum Europa Tribuna Mediterránea, en un acto que consiguió reunir a los principales dirigentes empresariales de la Comunidad Valenciana, y que estuvo tutelado también por el presidente de la CEOE Juan Rosell.

Navarro dejó también otros titulares en forma de dardos envenenados para los otrora amigos dirigentes financieros como «habrá que recordar mañana los bancos que apoyan hoy a las empresas», que es como decir, tomen nota de los que no asfixian a las pymes en la actualidad que en el futuro ya veremos con qué entidades nos financiaremos.

Como muestra de actitud positiva, estos titulares o perlitas quedan muy bien de cara a la galería mediática, y de hecho, Navarro es de los dirigentes empresariales que muestra habitualmente en sus intervenciones un sentido coherente bastante ajustado a la realidad socioeconómica de nuestros días.

Es decir, no hace la pelota, ni la cama, ni pone buena cara a políticos y banqueros, aunque tenga que guardar las formas, como es lógico, ante una situación que sigue machacando al tejido empresarial valenciano, y que no muestra síntomas de mejoría a corto plazo.

Pero la pregunta de Navarro, de por qué no llega el capital a las pymes mientras que se continúan financiando, por ejemplo, las administraciones públicas y los bancos, se la hacen también los ciudadanos y por supuesto, los empresarios, incluidos los emprendedores.

Y la respuesta a esta tesitura es concluyente: nadie sabe, nadie conoce, cómo ni cuándo va a llegar ese oxígeno a las empresas españolas, cuando son las que realmente tienen la capacidad de generar puestos de trabajo.

Juan Rosell también aprovechó en el mismo Fórum para señalar que tal vez, aunque sonó casi de puntillas, «sería conveniente reducir el número de patronales o asociaciones empresariales, porque no se puede tener dependencia permanente de las subvenciones».

Pues efectivamente Sr. Rossell, tiene usted toda la razón. El problema no es que haya mil asociaciones, el problema es que todas buscan sobrevivir a través del mismo modelo subvencionado. Y esto condiciona dos factores: por una parte depender de unos ingresos muy condicionados a la situación recaudatoria del Estado o las comunidades, y por otra, no nos engañemos, deberle a nuestro patrocinador cortesía y servilismo casi a partes iguales.

Esta muy bien que Rosell y sobre todo Navarro alcen la voz, ya que en teoría tienen la competencia de tutelar a las empresas. Pero no es menos cierto que una vez lanzado el órdago, aunque el Presidente de la CEV ya lo ha hecho en otras ocasiones, empiecen a actuar con determinación para que la situación pueda dar un giro efectivo.

Son conscientes de ello, por supuesto, y pueden argumentar que hacen lo posible para conseguir financiación, lo cual se puede creer también, pero a pesar de ello, las declaraciones de buenas intenciones no valen si no pasamos de las palabras a los hechos con la puesta en marcha de acciones reales para garantizar el futuro de las pymes.

Como dice Navarro, es momento de que el crédito llegue a la economía real, que es la compuesta por el 95% de los ciudadanos y el tejido empresarial. Pero si la CEOE no se libera del discurso tibio y correcto de los últimos años difícilmente podremos avanzar en el gran objetivo, que no es otro que la recuperación del empleo.

José Luis Pichardo

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