¿Urnas o playa?

Cuanto más sudor en tiempos de paz, menos sangre en tiempos de guerra

Así reza uno de los lemas que repiten día tras día los legionarios paracaidistas españoles cuando entran o salen de sus cuarteles. Y de nuevo, por desgracia, hay que acordarse de él y recapacitar sobre lo que estamos haciendo.

El problema es que no se trabajó en tiempos de paz lo suficiente y ya estamos en tiempos de guerra. No, no es una barbaridad. Estamos en tiempos de guerra. Quizás con un campo de batalla atípico, con unas dimensiones enormes, pero es una guerra.

Una guerra que hemos empezado muy mal posicionados y en la que nos está costando mucho reaccionar. ¿Qué más tiene que pasar para que seamos conscientes de que todos y cada uno de nosotros estamos amenazados? Los ataques son indiscriminados. Buscando hacer el mayor daño posible sin importar a quién se lleven por delante. El objetivo es matar a cuantos más mejor, da igual que sean mujeres u hombres, jóvenes, ancianos o niños.

Es una guerra en la que el enemigo somos nosotros, civiles, usted, que está leyendo este artículo. No hay que ir armado para convertirse en protagonista de esta guerra, basta con coger el metro o un avión, ir a un concierto o incluso tomarse un café en una terraza. Estamos acostumbrados a ver que en las guerras, los dos bandos se disparan, pero en esta no es así. Y hay que empezar a ser conscientes ya.

Las medidas a tomar tienen que ser inmediatas y globales. La Unión Europea tiene que ser hoy más que nunca eso, una unión y empezar a transmitirlo a todos y cada uno de sus ciudadanos para que dejen de parecernos ajenos los muertos franceses o los muertos belgas, porque esos muertos también son nuestros.

Valor frente a al fanatismo. Firmeza y unión contra los asesinos.

Artículo de colaboración de Toni Subiela

Ir arriba