De ranas anestesiadas y ciudadanos hervidos

 

 

Hay una vieja historia que desde hace años circula en el mundo empresarial y que creo que define muy bien la situación de nuestra sociedad hoy en día:

 “Si coges una rana y la echas en un cazo de agua hirviendo, en cuanto toque el agua y note la temperatura saltará fuera del cazo. Sin embargo, si coges esa misma rana y la metes en un cazo con agua fría y subes muy lentamente la temperatura, no se moverá. Sólo cuando la temperatura del agua comience a ser realmente alta se dará cuenta de la situación, pero estará demasiado agotada para moverse… y morirá hervida sin haber hecho el menor gesto por escapar”.

 

Esta pequeña fábula se suele utilizar en el mundo empresarial para ilustrar la necesidad de cuestionar diariamente el papel de la empresa en el mercado… pero desgraciadamente creo que también representa perfectamente la situación de nuestra sociedad a día de hoy. Nuestra realidad.

Porque seamos del todo conscientes o no, estamos viviendo una situación absolutamente insostenible, en la que todas las barreras y límites han sido traspasados. Donde la clase política (supuestos representantes del pueblo) oculta a duras penas sus escándalos, la situación económica de muchísimas familias es desesperada y en la que banqueros corruptos, culpables en gran medida de la situación actual, amenazan con irse “de rositas”.

¿Y reaccionamos? No… a pesar de que a nuestro alrededor no dejamos de ver ranas hervidas. Cualquiera diría que la corriente principal de pensamiento es “Vamos a aguantar un rato más a ver si las cosas se arreglan y la temperatura baja un poco, que ya hace mucho calor”.

Si hace 10 años nos hubieran contado, lo más objetivamente posible cómo sería la situación en el año 2013, habríamos pensado que era una broma. Y luego nos habríamos indignado. Si alguien nos hubiera dicho que el rescate a la banca, sector parcialmente responsable de las actuales miserias, iba a costar casi 13.000€ a cada familia habríamos imaginado sublevaciones y altercados. Predeciríamos masivas protestas ciudadanas para luchar por nuestros derechos y pelear por lo que es nuestro.

Pero aquí seguimos, en el cazo. A punto de cocernos. Anestesiados. Sólo cabe esperar un aumento brusco de temperatura que nos saque del estupor en el que vivimos y nos empuje a la acción… porque la temperatura no va a bajar. Y ya hace mucho calor.

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