Demoscopia de photoshop

Nos adentramos en el tercer milenio y seguimos buscando ese punto de inflexión que nos sitúe en una sociedad ideal. Cuestión que hace patente la actualidad del debate intelectual que varios autores plantearon ya en el siglo pasado y que sitúa a la esfera pública como epicentro del debate que propició la emancipación de la Sociedad bajo la influencia de la Ilustración según nos constata Habermas.
En un vertiginoso inicio del año, nuestra esfera pública se ve convulsionada por una fiebre demoscópica que intenta demostrar la polarización del espectro político y el resurgimiento de la Izquierda como alternativa real de Gobierno aprovechando la desconcentración del voto alrededor de las dos fuerzas políticas más fuertes y configurando un puzle de alianzas y pactos en el más puro estilo frentepopulista, con un único objetivo, que no gobierne la Derecha.
La introducción en la agenda política de nuevos cleavages que polarizan el debate como la fractura nacionalista, el aborto, o la nueva Ley educativa por citar algunos ejemplos, han generado unas expectativas en los laboratorios sociales de la izquierda ávidos de munición para su formidable maquinaria propagandística, que de forma inmisericorde golpea los propios fundamentos del partido de gobierno que sigue su hoja de ruta, dejándose jirones electorales por el camino en pos de que la recuperación llegue pronto a la economía real porque el IBEX ya está en ello.
El escenario de fragmentación política que se nos presenta nos va a situar en el verdadero debate representación versus gobernabilidad, propiciando una acción política en busca de consensos que favorezcan la estabilidad, y eso, que en el fondo es políticamente saludable, genera demasiada desconfianza porque esa polarización ideológica se sustenta en la propia contradicción en la que está sumida una Izquierda que todavía se busca al otro lado del Muro.
Estamos asistiendo a una verdadera patogénesis de la democracia, ya que se está produciendo un verdadero ataque viral a los principios fundacionales de nuestra arquitectura institucional, elevando a la categoría de extraordinario y excepcional aquello que los altavoces mediáticos valoran como útil para socavar la acción del Gobierno, intensificando la acción de acoso y derribo porque el tiempo y las expectativas favorables sobre la evolución de la crisis juegan en su contra.
La estrategia demoscópica a golpe de photoshop están llevando a la Izquierda a cruzar demasiadas líneas rojas, alineándose con posiciones totalmente alejadas del ordenamiento jurídico como hemos contemplado este fin de semana con los batasunos, pero también hay que comprender que el espectro ideológico de la Izquierda vive sumido en una convulsión constante en busca de su espacio electoral, fagocitando las bases sociológicas a partir de posicionamientos cada vez más radicales.
Y para añadir más leña al fuego, va Rajoy y se planta en el mismo Despacho Oval en un alarde de acción estratégica que fortalece nuestras imperativas relaciones trasatlánticas, certificando la credibilidad en nuestro país y sus potencialidades en el centro del poder político-económico mundial, sin necesidad de tener que asistir al rezo nacional para purgar nuestras penas.

Juanvi Pérez

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