El dinero (mal repartido) de la Sanidad

 

 

“Si tuviéramos por habitante la cifra de financiación sanitaria media de la población española, dispondríamos de 900 millones más de los que tenemos. Si cada valenciano recibiera para Sanidad lo que recibe cada vasco, la cifra sería de 1.615 euros por habitantes y año y yo no sabría qué hacer con los 3.000 millones extra que recibiría”.

Las ideas se pueden expresar a gritos o en voz muy baja y serena. Y aunque el conseller de Sanidad, Manuel Llombart, pertenece al segundo grupo… se le entiende todo muy bien. Especialmente cuando usa las cifras así, de modo cotundente y práctico.

Los números que el conseller Llombart exhibió ayer en el Forum Europa de Nueva Economía se puede asegurar que se convierten en una idea clamorosa. O si preferimos usar más vehemencia expresiva, en la prueba del algodón de una vergüenza nacional que se debe reparar cuanto antes: el desigual, arbitrario y ofensivo trato que los españoles recibimos a la hora de la financiación, por parte del Estado.

Manuel Llombart, que fue presentado por Alejandro Font de Mora, vicepresidente de las Cortes y doctor en Medicina, ya queda dicho que es sereno, incluso muy frío. Para muchos debería usar un poco de esa pasión política que su presentador dejó entrever en un par de ocasiones contra una izquierda que apenas quiere que follón, cuando no estrambóticas propuestas antisistema, como la insumisión ante las leyes legítimas del Estado. Con todo,  el conseller hizo una exposición detallada y correcta de lo que es una gestión, obligatoriamente exigente en estos tiempos de penuria.

Pagar a todos y gestionar de modo que se ahorre dinero es muy difícil si se trata de una sanidad que se desea universal, pública, gratuita y de calidad. Parece la cuadratura del círculo. Resulta casi imposible de entender, sobre todo si no se aplican modelos de copago. Pero aún así, a trancas y barrancas, entre manifestaciones y clamor contra los recortes, Llombart sigue trabajando, teniendo de las riendas una máquina que da atención a cinco millones y pico de habitantes a través de la labor de 60.000 profesionales de la sanidad a los que hay que estimular y cohesionar por encima de todo.

Maneja menos de 5.000 millones, pero esa es la partida mayor de todas las que la Generalitat Valenciana administra. Porque los valencianos gastamos cada día 13’6 millones de euros en sanidad y medicinas, mediante un sistema que, más allá de la crítica facilona, es ejemplar en el mundo… como demuestra la cantidad de extranjeros que quieren disfrutarlo.

“El paciente es el centro de todo”, decía Llombart, que toma de Juan Roig, el consabido lema de Mercadona: “el cliente es el jefe”. Pero, claro: como hace Roig hay que aquilatar costes, estar sobre los circuitos de gestión, analizar los asombrosos caminos por los que los euros se escapan sin necesidad alguna. Eso junto con una constante labor didáctica. Sobre todo en los ámbitos de la vida saludable y la prevención; para que la gente, que vive más que nunca, enferme poco y tarde. Y para que, a ser posible, se tome los menos “potingues” posibles, una práctica saludable que va a redundar en la propia salud del paciente y… en las arcas de los contribuyentes.

El resto, como queda dicho, es gestión. Modelos y formatos de gestión, especialidad en la que Manuel Llombart es, seguramente, uno de los mejores expertos de España. Un experto, desde luego, al que muy bien se le podría llamar tecnócrata si él no exhibiera, permanentemente, su recurso al toque humano. Ese empeño en poner al paciente en el centro de todo, cuando llega la hora no deseada de ponerse delante de un médico.

Otra cosa es la pregunta que formuló la periodista Marosa Montañés: por qué en España, si de Sanidad hablamos, los medios de comunicación destacan siempre los fracasos y general obvian los éxitos… Cosas nuestras, ya se sabe.

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