El excesivo optimismo de Intel tiene que bajar a tierra

Durante todo 2013, la compañía de los chips que dan vida a millones de ordenadores en todo el mundo generó unas pérdidas de 3.100 millones de dólares en chips móviles. Durante el primer trimestre de 2014, esas pérdidas aumentaron en más de 900 millones con unos ingresos asociados de apenas 150 millones de dólares.

Intel sabe que su futuro pasa por colocar chips en los dispositivos móviles de todos los fabricantes posibles. Buscan repetir la estrategia que tan bien les ha funcionado en el PC: ser el principal proveedor del corazón de tablets y smartphones. Sin embargo, se están encontrando con que no están solos.

Ya no tienen la mejor propuesta del mercado ni son líderes en producción y beneficios.

La irrupción de los procesadores basados en ARM, en especial de la serie A de los productos de Apple, son un competidor formidable. Estos chips son potentes y consumen menos energía en unos dispositivos que siempre necesitan de ella, lo cual les convierte en la elección por defecto de numerosos fabricantes.

Los chips X86 adaptados al móvil y tablet que Intel está utilizando para combatir esta amenaza están demostrando ser un esfuerzo inútil. Además de caro. Los analistas estiman que en todo 2014 la compañía perderá 4.000 millones de dólares, a los que habría que sumar los 3.100 del año anterior para hacer un total de más de 7.000 millones de dólares.

Desde la compañía justifican esta cifra como una inversión, cuando en realidad están subsidiando un negocio ruinoso. La mayoría de los fabricantes móviles apenas consiguen llegar al punto de equilibrio con sus cuentas y es frecuente que pierdan dinero todos los trimestres.

El mercado del smartphone y tablet se han convertido en commodities más rápido de lo que muchos pensaban e Intel está vendiendo sus productos en este escenario. Desde este punto de vista, no resulta extraño que pierdan dinero con sus chips móviles.

Mientras tanto, la vaca lechera de la compañía no pasa por su mejor momento. El mercado del PC se ha estancado y lleva varios trimestres de caídas acumuladas. Desde la compañía afirman que se encuentran entre ciclos de renovaciones de ordenadores y que es cuestión de tiempo que muchos usuarios actualicen sus sistemas a uno más moderno, disparando de nuevo las ventas de ordenadores.

La pregunta que deben hacerse en Intel es, ¿se actualizarán esos usuarios?

Los que utilicen un PC para su trabajo lo más probable es que elijan un ordenador o uno de los dispositivos 2 en 1 como los que Microsoft está promoviendo. Pero el mercado de ordenadores doméstico no se rige por esas mismas necesidades. Muchas personas están sustituyendo un ordenador por una tablet o un smartphone. Es más, millones de personas en todo el mundo están utilizando estos dispositivos por primera vez antes que tocar un ordenador convencional.

El resultado es un futuro incierto en la nueva oportunidad móvil y muchos desafíos en el mercado tradicional. Intel está enfrentándose a un auténtico dilema del innovador del que no va a ser fácil salir vivo.

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