El final de la Octava

Esta semana finaliza la octava legislatura en Corts Valencianes. Tras un Pleno de tres días de duración, con 30 puntos en el Orden del Día, se cierran unas puertas que, salvo una situación excepcional, no se volverán a abrir hasta el próximo junio, pasadas las elecciones y con una composición muy diferente a la actual si se cumplen todos los pronósticos.

Ahora es tiempo de encuestas, las hay de todos tipos y colores, pero hay algo indiscutible en todas ellas el PPCV ha perdido ese gran apoyo social del que ha hecho gala durante los últimos años. Muchos somos los satisfechos por esto, pero, también son unos cuantos los que creen que esto ha llegado caído del cielo. La crisis y la corrupción le pasan factura al PPCV, no hay más.

Y la oposición ¿qué? ¿Ha estado de vacaciones durante los 20 años del PP y ahora simplemente se aprovechará de la coyuntura? Los hay interesados en difundir esta teoría, sobre todos aquellos que se presentan como novedad y no quieren asumir que, personas aparte, novedoso hay poco en la política valenciana. La oposición ha realizado su faena. Sólo durante esta legislatura, los diputados y diputadas autonómicos han planteado: 74.708 iniciativas parlamentarias: Más de 50.000 preguntas al Consell, más de 3000 propuestas, casi 15.000 peticiones de documentación… Nadie en su sano juicio puede pensar que todas estas iniciativas no han ido condicionando la acción del gobierno en estos años. Que todas estas iniciativas no han sido básicas para erosionar la imagen de Fabra y todo su equipo.

Igual que me niego a aceptar como novedad política lo que no es, tampoco sería justo aceptar que la caída del PPCV se produce únicamente por lo sucedido en estos últimos años.

La corrupción que ahora descubren muchos, ha sido uno de los pilares en los que se ha basado la acción del grupo socialista desde hace muchos, muchos años. Corría el año 2005 cuando mi amigo Pepe Camarasa preguntaba en sede parlamentaria por Orange Market, empresa central de la rama valenciana Gürtel causante, ni más ni menos, de la dimisión de un President de la Generalitat en el 2011, que dimitió porque, como ya sabemos ahora, nunca fueron “solo dos o tres trajes”.

Pero antes de que supiéramos lo que era Gürtel, el ya citado Camarasa llevaba al juzgado de guardia unas grabaciones donde dos empresarios denunciaban que Zaplana les exigía comisiones de sus contratos en Terra Mítica; además, el grupo socialista se querellaba por los gastos originados en el IVEX con el contrato de Julio Iglesias, incluso yo misma, hacía público el derroche de altos cargos de la Generalidad Valenciana que utilizaban la Tarjeta de empresa para pagar su gastos privados, ¡desde regalos de boda hasta las maquinillas de afeitar! Eran tiempos donde la fiscalía recibía esta denuncia pero luego la archivaba. Ahora no tendría el mismo destino.

Navegando entre la corrupción, la mala gestión o el derroche, estaban las denuncias de mí también amiga, Ana Noguera, cuando hablaba de los sobrecostes de CIEGSA; o las del ya citado Camarasa que denunció en infinitas ocasiones lo que estaba pasando con la Ciudad de las Ciencias, La Ciudad de la Luz o con el aeropuerto de Castellón. Fueron muchos los diputados y diputadas de la oposición los que criticaron y anunciaron que el modelo privatizador de la sanidad sólo aseguraba más gasto y no mejor asistencia; yo misma alerté durante muchos años del nivel inaceptable de deuda pública al que estaba llevándonos el gobierno del PPCV que ponía en cuestión nuestro futuro…

Y el futuro se convirtió en presente.

Y los peores augurios se cumplieron.

Y por todo eso, está ahora el PP en caída libre. Y el 24 de mayo, posiblemente, los ciudadanos apostarán por el cambio de gobierno. El PP se lo habrá ganado a pulso, ¡Sin duda! Pero, nadie podrá decir, con razón, que la oposición ha estado de vacaciones 20 años.

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