El mort i el degollat…

El presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, recibió el martes al presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, José Antonio Durán i Lleida. Y al final de la reunión, de la manera más cordial y amistosa –de Durao a Durán, que a fin de cuentas es el mismo apellido– va el europortugués y le pregunta al catalán de Huesca si cree que el presidente del Gobierno va a superar los problemas que le procura el Caso Bárcenas.

Al ver la escena recordé una frase de mi abuelo: “Diu el mort al degollat, qui t’ha fet eixe forat?” Porque es que estamos ante eso, justamente. Durán, “el mort”, como testigo de los problemas “del degollat”… Y todo eso, en un debate “rompevacaciones”. Que la oposición y algunos periódicos de Madrid quieren que sea exclusivamente sobre la financiación irregular del Partido Popular, que es un asunto que está por demostrar, mientras que Mariano Rajoy, sin embargo, quiere que sea sobre el estado de la sociedad y la economía española… Y, de paso, si al caso viene, sobre la inquietud que haya podido crear el asunto del administrador infiel. Pero, desde luego, ante un debate en el que prácticamente todos los acusadores que van a intentar crucificar al presidente del PP llevan unas alforjas cargadas de basura maloliente.

Me asombraría saber que el presidente Durao Barroso lo ignora. Pero nosotros lo podemos recordar: Convergencia i Unió, la coalición que gobierna Cataluña y que proyecta separarse de España, está formada por dos partidos. Uno es Convergència Democrètica de Catalunya, que anda pringada en el “Caso Palau” –más los “flecos” de la familia Pujol–, y por Unió Democràtica de Catalunya, donde la corrupción de la financiación irregular lleva como etiqueta la de “Caso Pallerols”.

¿Sabrá Durao Barroso que los acusados del “Caso Pallerols” terminaron por autoinculparse para librarse de males mayores? ¿Le habrá informado alguien que la sentencia del bochornoso asunto dejó probado que Unió recibió “aportaciones directas del dinero desviado” y que el propio partido ha pagado parte de la multa de 260.000 euros con que se resolvió el peliagudo asunto? ¿Sabrá Durao que su amigo Durán, envuelto por delante y por detrás por la cochambre de este asunto, aseguró al empezar la investigación del caso que si se demostraba financiación irregular del partido “dimitiré” y que luego se quedó tan fresco cuando dictaminó que “por supuesto no pienso dimitir”?

La expectación que la prensa de Madrid está creando sobre el debate, la tensión que se está acumulando entre medios informativos y partidos porque se temen, con razón, que Rajoy quiera despachar el asunto sin entrar en una cuestión que si la está investigando el juez no querrá abordarla y si no la está investigando no va ser él quien la pregone, debería reparar, también, en la “limpieza de sangre”, en el expediente de quienes acuden al Congreso a debatir. Porque en el caso de Durán i Lleida no estamos hablando de conjeturas y especulaciones sino de una sentencia a la que se llegó mediante pacto, previa aceptación de la plena culpabilidad.

Por fortuna, Durán i Lleida, que ahora está repensándose lo del independentismo catalán que impulsa el presidente Artur Más, tuvo la gentileza de decirle a Durao Barroso lo que el portugués sabe de sobra: que Mariano Rajoy tiene mayoría parlamentaria holgada y no va a perder ese debate, lo que garantiza la estabilidad de la política española, que inquieta vista desde fuera.

Otra cosa es el empeño del periódico “El Mundo”, enfrentado directamente al gabinete en una batalla que puede dar todavía mucho juego y no pocos episodios para sembrar el verano de amenidades.

Ir arriba