El retorno de los ugly Christmas sweaters

La Navidad está al caer y ya son muchas las familias que han decorado sus hogares con mil y un motivo navideño: el árbol, el belén con más o menos figuritas pero siempre, como mínimo, con la representación del nacimiento de Jesús, centros de mesa con velas aromáticas que recuerdan a los olores invernales de antaño, sacos de Papá Noel, bandejas con el mayor repertorio de turrones de todo el año, hilos musicales con villancicos, combinaciones de rojos, dorados y plateados, purpurina hasta las pestañas que persiste durante meses…

A lo largo de unos días nos transportamos a otra realidad en la que el espíritu de la Navidad nos invade para hacer florecer las buenas voluntades y propósitos que están a la orden del día.

Pero, como en todo, también hay detractores de estas tradiciones que son, en la mayoría de los casos, inherentes al núcleo familiar y vienen de serie desde el momento en el que nacemos.

Costumbres de toda la vida y otras que emergen y se crean con el paso de los años como es el caso de los “ugly Christmas sweaters ” o, lo que es lo mismo, los jerséis navideños de toda la vida.

Esta prenda ha evolucionado de horror fashion a icono de moda en menos de lo que canta un gallo y ha creado lovers y haters a partes iguales.

Cierto es que los hay de mil formas y diseños: pingüinos, cajas de regalos, árboles de navidad, pajaritos con gorros de Papá Noel, lentejuelas con frases como ‘I love Santa’, lazos, renos, brilli-brilli, acebo bordado, campanitas… un sinfín de motivos navideños que hacen de estos suéteres todo un must de diciembre y que toda fashionista que se precie debería tener en su armario.

Una moda más o menos reciente en España pero que no sale de la nada. De hecho, viene de Estados Unidos y, como toda americanada, tiene su propio día. El número afortunado en el que se celebra oficialmente el National Ugly Christmas Sweater Day es el 12 de diciembre y durante las 24 horas se organizan diferentes eventos en los que se homenajea a estos “jerséis feos navideños”.

Sea como fuere, hay que admitir que son prendas graciosas, calentitas, divertidas e incluso, en algunos casos, muy bonitas y ponibles. Lo mejor: el gran abanico de precios apto para todos los bolsillos pero, sobretodo, los estampados unisex para poder intercambiar los “ugly Christmas sweaters ” con la pareja, los amigos o con algún familiar.

Familia con la que nos reencontramos una vez al año, días para disfrutar en los que encerramos las preocupaciones en el cajón del olvido, momentos únicos e irrepetibles que nunca volverán.

A disfrutar.

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