El sorprendente parecido entre James Rodríguez y James Stewart

Oleg Salenko fue máximo goleador del Mundial estadounidense del 94. A continuación fichó por el Valencia, en donde no recuerdo que hiciera nada del otro jueves. Quizá se hubiera debido tener en cuenta antes de contratarlo que casi todos los goles con Rusia los marcó de penalty. Salenko demostró que ser máximo goleador en un Campeonato del Mundo no significa gran cosa, sobre todo porque normalmente conseguir ese honor depende mucho de hasta qué fase llega tu equipo. Gareth Bale, por ejemplo, nunca será máximo goleador en un campeonato de selecciones porque es galés. Este año, en teoría, el máximo goleador en Brasil debería ser o Neymar o Messi. Los dos, por cierto, del Barcelona. Cristiano desde luego que no. Portugal ha hecho casi tan poco como España esta vez. Sin embargo, y con la prevención de saber si su selección pasará a semifinales, de momento lo es un colombiano que ha sorprendido al mundo por su juego… y por su nombre.

Mi abuela nació a finales del 19. Del siglo XIX. A diferencia de su marido, que viajó en barco hasta Estados Unidos y vivió un tiempo allí antes de casarse, no sabía inglés. No le hacía falta, claro. Con su valenciano natal y su castellano aprendido le era suficiente. Por eso ella leía Jon Baine y James Esteban en los títulos de crédito de las películas del oeste. Ni Yon Güein -le corregía yo-, ni Yeims Esteguart -le replicaba mi hermana-. A esos no los conocía. A Baine y Esteban sí, eran como de la familia, se les veía buenos chicos. Hoy mi abuela debe estar sonriendo abiertamente al ver que la figura del Mundial de Brasil se llama James Rodríguez. No Yeims, no: James, como Esteban.

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