William Vansteenberghe, Experto en Inmigración. Aquarius, el frio cortante de las olas

El suave tacto de la seda

Quién no recuerda entre los añosos de más de 50, la presencia en algún momento de nuestra existencia del sorprendente gusano de seda y de su fiel aliado, la morera.

Curiosamente las dos regiones españolas que llevo especialmente en el corazón tuvieron un amor especial a las moreras, y los niños todos los años tenían que recoger los gusanos, criarlos hasta su pupación para observar el hilo de seda in situ para los pertinentes trabajos de ciencia.

Por desgracia ya estaban en marcha los planes para olvidar a este árbol magnifico y útil, y todo lo derivado de él, desde su frutos hasta su influencia sobre la seda.

Los tejidos que hicieron populares le prêt-à-porter, desterraron las sedas, salvo en Valencia cuando las niñas exigían ser falleras. Pero no creo que hoy los niños sepan que la morera es el árbol de las moras, más inclinados a elegir las vulgares zarzas que producen sus sucedáneos

Más aún, todas las instituciones relacionadas con la seda que hicieron de Valencia un referente en este negocio, tuvieron que encontrar cobijo en los brazos de Morfeo bajo la forma de Museo.

Son de agradecer los grandes esfuerzos de este Museo para regresar al menos a primera fila, y los apoyos de las Instituciones preocupadas, además de la especial atención de Unesco Valencia.

Curiosamente, las personas atentas empezaron a detectar un claro aumento del interés por la seda en el mundo, y su pasado glorioso que se vertebra, alrededor de la famosa” Ruta de la Seda”, verdadero milagro de arquitectura política y económica, en tiempos en los que las rutas eran todas inseguras e inapropiadas para casi todo, hasta para andar.

El deseo firme de varios imperios hoy desaparecidos y que no pretenden, de momento, resucitar, permitieron a China, poder contactar con el Mundo Occidental y situar en este su producto rey, la seda.

Lo que pocos saben es que una expedición partió de Roma hacía el Oriente remoto, y llegaron con poco bombo y boato al Imperio de los 4 reinos, para presentar sus respetos al emperador, e intentar abrir una ruta comercial que aún hoy parece increíble.

Romanos con su pax, Persas, el Punjab actual consiguieron armar un espacio de tranquilidad para poder permitir a las caravanas de camellos dirigir sus pasos por regiones orográficamente muy complicadas: los desiertos más calientes del globo, las partes con menos pluviometría, las montañas más altas, no consiguieron ser obstáculo a la construcción que con el tiempo se habría merecido el apelativo de “L’entende cordiale”. Su duración en el tiempo facilitó primero el Imperialismo de Este a Oeste, y tras él la clara invasión de Occidente hacia Oriente. China se abrió con desagrado a ingleses, franceses, neerlandeses, españoles y portugueses. Todos a la búsqueda de los grandes tesoros de este país de las Especies, del Opio y la Seda.

Por primera vez las invasiones se realizaban en sentido contrario ya que hasta el momento Europa había sido punto de atracción de las invasiones de los Hunos, y todas las oleadas de mongoles y turcos, húngaros y Fineses que llegaron para quedarse.

Hoy en día, es la primera vez que se distingue en el horizonte una serie de movimientos por parte de Asia, a partir de China, ya que Japón se limita al negocio, y la India vive la paradoja de ser grande y enorme a la vez.

Las autoridades chinas llevan varios años en misión diplomática por los antiguos Kanatos para resucitar la vieja ruta de la seda, pero desde una óptica nueva de fraternidad y de pertenencia a algo de increíble valor histórico.

Muchos de estos Kanatos, meras zonas de paso, que se enriquecían como aduaneros más que como productores reales y efectivos, lo que llamaríamos hoy en día, intermediarios necesarios, han sido ya visitados por los chinos, demostrando dos cosas: la enorme pujanza de la idea imperialista china, y la gran debilidad de Rusia, incapaz de recuperar su influencia de antaño, o al menos, evitar la influencia de China en la zona. Los yuanes han llovido sin cesar sobre estas regiones, además de los productos más asequibles del mercado chino, más baratos y de una calidad cada vez más fiable.

Poco tardaron en el último tramo de la ruta, la más occidental, en notar este pequeño terremoto proveniente de Oriente. Nuestra buena y vieja Europa, con la boca estrecha al principio, delegó en el nivel regional , que se dio cuenta con algún esfuerzo, que pactar con China sin tener que ir allí, resultaba altamente productivo y rentable.

A través de los instrumentos administrativos que China tiene en el mundo, y que sirven para un roto y un remiendo, se comenzó a establecer relaciones de tipo cultural, a través de las Asociaciones, Fundaciones, alguna ONGD, las cuales se ofrecieron como mediadores benévolos, y participar así en la tarea de resucitar el sueño mirífico, pero más cartográfico que real, de la pertenencia a la ruta de seda.

En este entramado complejo aparecen ciudades que brillan por luz propia, en Italia, Francia, Bélgica y claro España, esta no solo unida a la ruta de la seda, sino a su difusión en Hispanoamérica.

¿Cuál es la ciudad más al Este de España, con puerto y recio abolengo?, Valencia.

Con toda justicia, y mucho empeño de buenas gentes valencianas, esta Metrópoli todo el rigor histórico a su favor ha sido incluida en este nuevo mapa de la ruta de la seda, con la franca intención de estimular los contactos culturales, los intercambios de tradición y evidentemente ser plataforma para, desde el ocio, hacer lícito negocio.

Ahí es donde la cuerda se tensa, ya que las intenciones europeas son claras, más, diáfanas, la recepción de yuanes sí, pero para la potenciación y el estimulo de obras de paz, cultura, idioma, arte en todas sus acepciones. Pero, ¿y las chinas?

Vemos que esta Potencia descubre hace poco el Mar y abre un nuevo capítulo en su Historia Militar, construyendo con celeridad un portaviones, varias fragatas y otros utensilios flotantes para la guerra. Su política en el Mar de China tiene una clara política expansiva, que ellos justifican con la Historia. La semana pasada, una fragata se introdujo sin error en aguas japonesas, con el consiguiente, pero débil incidente diplomático. Su política fronteriza sobre todo con la India, es la de entrar en territorio Indio a ver si los pilla dormidos y puede anexionarse algún espacio más.

En el mundo es una potencia comercialmente muy agresiva que compra tierras en África, se dedica a construir carreteras en los Continentes más desfavorecidos, a cambio de tratos ventajosos en la compra, el negocio y monopolio de productos como el café en Etiopia. Dedicándose a promover la riqueza en países abandonados por sus ex coloniales, y en un momento en que los EEUU están en franca retirada como gendarmes del mundo.

¿La ruta de la seda vendría acompañada por el humo de la adormidera?

No hay que dudar de la valía de un instrumento tan importante como la Historia, y más si esta recoge siglos de colaboración económica, cultural y política, además de haber conseguido vertebrar una colaboración construida de abajo arriba, o sea de los comerciantes (el pueblo) hacia arriba (las autoridades). Pero no parece ser el caso en estos momentos, por el mero hecho que se construye en base a los intereses del mando (arriba), hacía el vulgo (abajo), o sea de manera inversa.

Asimismo por primera vez, en tiempos modernos, en sentido contrario, de Oriente hacía Occidente, y de forma asimétrica, riqueza en Oriente, crisis en Occidente. A esta tradición de intercambio de cultura y de economía, debemos añadir la de la conquista y de la guerra, de hecho de Oriente a Occidente ha sido la más frecuente, como hemos visto.

La intención de este artículo no es confirmar tambores de guerra, pero si incluye el deseo de estudiar con más detenimiento la intención primaria de China, a la hora de decidir cuál es el papel que pretende jugar en el Mundo, ya que se sabe fuerte y determinante.

Sus primeros pasos, no parecen muy seguros, desde una política interna contradictoria: economía liberal, y política de candado en términos de libertades, no parece que pretenda enviar al mundo un mensaje apertura democrática. De hecho, de momento, sus intervenciones en los países son meramente económicas, y en momentos de saldo, cuando los países están abandonados por los demás, el caso de las intervenciones en Cuba, y países muy pobres de Latinoamérica y África. Cabe estudiar la penetración en Argentina, Bolivia, el Ecuador, el Perú, y Centroamérica potenciando proyectos faraónicos que les dará un beneficio Internacional evidente.

Por lo tanto podemos afirmar con escaso temor a equivocarnos que China está comprando en el Mercado Mundial aliados y fidelidad, con distintos grados de dependencias claro está.

A esta expansión meramente comercial, con visos de larga continuidad por endeudamiento, se suma la semana pasada, un Continente más, Europa.

A una preparación lenta y constante con ciertos organismos representativos europeos en el campo de la cultura, se va sumando otra que reluce a la luz de otros intereses.

Serbia acaba de firmar un acuerdo económico de un tamaño colosal en relación con el la importancia de este país Centroeuropeo. Hay que reconocer la eficaz visión diplomática de China, ya que se dirige a un país olvidado por todos, ya que localizado en el acervo cultural europeo, como el culpable de las guerras balcánicas, China de hecho, le proporciona a este país no solo el dinero para mejorar económicamente sino una puerta psicológica de gran valor, para reiniciar una nueva Historia que la libre de este lastre. Asimismo este golpe maestro les permite insertarte en el centro mismo de Europa, ponerse en paralelo con Rusia aliado tradicional de este país, y esperar que la semilla germine.

La excusa para iniciar este movimiento de ajedrez, es de nuevo «  la ruta de la Seda ».

Esta escusa no parece que se vaya a detenerse en Serbia ya que hemos visto que varios Presidentes de diversas regiones europeas, están fascinados por el moaré de la seda, y esperan, de la misma forma que los serbios, la lluvia de Yuanes como una posibilidad de resolver la crisis.

Que China sea el paladín de cierta política de persecución de los derechos ciudadanos, desaparece de la agenda de los gobiernos regionales a derecha e izquierda, a diferencia de los árabes que ellos son acusados en sus Emiratos de crueles y tiranos, con mucha razón por cierto. Basta con mirar cualquier partido de ciertos equipos de futbol jaleados por republicanos e independentistas y que lucen sin rubor la marca del oprobio de una reconocida tiranía en el golfo: Pero la pela es la pela.

En la confusión han caído tantos a los pies de la suave Seda, olvidando el Tíbet, el Dalai Lama, y otras minucias en las aguas del Mar de China, incluyendo las amenazas perennes a Taipéi.

La seda será suave, pero asimismo es fría, y desde esta perspectiva, alejándonos de toda humanidad, con las cifras delante, China es un país peligroso donde de invertir, puede nacionalizar con mucha facilidad si es su interés, puede expulsar a quién ya no le sirve, puede cortar toda relación económica si pierde valor el objetivo, y sobre todo sufre de desajustes internos graves: una pirámide de Malthus aberrante, una forma de tratar su territorio que recuerda al estalinismo de los planes quinquenales, un desajuste entre campo y ciudad como jamás se ha visto en la Historia humana.

Asimismo tiene la afición de intervenir su mercado bursátil de forma arbitraria y falaz. Pero tiene en sus cofres la deuda del Mundo, si China se hunde, el Mundo la acompaña.

Aun así en un alarde de cortoplacismo impresionante, abrimos nuestras viejas y mal engrasadas puertas al gigante del imperio del Centro, y ello a través de la Cultura y de la Seda, sin plantearnos con un mínimo de seriedad, cuáles van a ser las condiciones: ¿qué quieren los chinos una vez vendida toda la seda?

Los primeros que deben preguntárselo ya, son los futuros gobiernos de Serbia y darse prisa en saber pronunciar la palabra Hépíng (和平), paz en chino.  De momento en un tablero donde todo parecía controlado y ocupado, el pie e incluso los dos pies de China, acaban de posarse sobre el vientre débil de Europa, solo podemos concluir con ello, que los asiáticos han vuelto, eso sí, vestidos de seda.

Artículo de colaboración de William Vansteenberghe

 

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