El Valencia Basket y los granos de café

Durante estos últimos años, el Valencia Basket me ha recordado al pequeño cuento titulado «¿Zanahoria, huevo o café?», donde la hija de un cocinero se quejaba constantemente de la vida, lo difícil que le resultaban las cosas y no sabía por dónde salir adelante, viéndose superada en muchos ámbitos de su vida. Un día el chef llevó a su hija a donde trabajaba y le enseñó 3 ollas llenas de agua hirviendo donde colocó en una zanahorias, en otra huevos y en la última granos de café.

Al rato, la niña extrañada le preguntó al padre, que significaba todo eso. El padre le respondió que los tres elementos se habían enfrentado a una misma adversidad, al agua hirviendo, pero habían reaccionado de forma diferente. La zanahoria, ya no estaba dura, se había vuelto débil, el huevo que por dentro era maleable y duro por fuera, al enfrentarse al agua se había vuelto duro y rígido por dentro.

Por último estaban los granos de café, que habían cambiado al agua hirviendo, precisamente lo que les causaba dolor, cuando el agua se calienta, el grano libera la fragancia y acaba alcanzando su mejor sabor. Por lo tanto, cuando los granos de café se ponen peor, reaccionan mejor y hacen que los de alrededor mejoren.

Pues esos granos de café podrían ser los jugadores que en estos últimos años tantas alegrías nos han dado, lejos de los presupuestos multimillonarios que hubieron durante tantos años, llenos de estrellas y que fueron temporadas como las zanahorias donde al principio parecían fuertes y poco a poco se iban debilitando.

A ese chef le podríamos poner la cara de Perasovic, quién ha conseguido durante estas últimas temporadas hacer equipos que no se han rendido en ningún momento, se han dejado la piel por la camiseta a pesar de las lesiones que han inundado la enfermería del equipo constantemente y a las bajas de jugadores importantes durante los veranos.

Pero no sólo Perasovic es el artífice del éxito del equipo estos últimos años, que ha producido que año a año aumenten los abonados (este año ya llegamos a los 7500). También se ha hecho un gran trabajo en los despachos y en la dirección deportiva, creando ilusión entre los aficionados y ese hambre de ver cada semana al equipo.

Así que esta temporada está llamada a ser de nuevo importante. Nos dan motivos para tener ilusión de poder ver al equipo competir cara a cara contra otros clubes importantes en Euroliga y, sobretodo, sentirnos orgullosos de los nuestros, sabiendo que aunque puedan haber momentos malos, siempre van a dar el 110% y nos vamos a sentir identificados con esa garra y pasión. Es lo que los aficionados valoramos aunque los resultados no sean los esperados.

José Ángel Carbonell, penyista de Valencia Basket

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