Esperanzas ante el 2014

 

El comienzo de un año, es como el mojón en una carretera, que nos indica la distancia recorrida y la que queda por recorrer, o como el que deslinda una propiedad orientándonos en el límite de ésta. Es por ello el momento para echar la mirada atrás, hacia lo que hemos hecho y, sobre todo, lo que hemos hecho mal, a fin de pedir disculpas a quienes hayamos podido ofender, a la vez que enmendar nuestra conducta para no incurrir en acciones perjudiciales para los demás y para nosotros mismos.

Junto a ello, el comienzo de un nuevo año, es el momento para los propósitos en el bien hacer, y para las esperanzas en los resultados de las buenas obras. Es el momento de pedir luz, para ver con claridad los problemas y sus soluciones, y es el momento para afianzar nuestra voluntad, no dejándonos llevar de influencias o intereses perjudiciales para la sociedad, aunque complacientes con algunos.

Yo, con mis arrepentimientos del año que termina, y mis deseos y esperanzas para acometer acciones que beneficien a una parte, aunque minúscula, del género humano, elevaría hoy una plegaria para que esa luz liberadora, invada también las mentes de quienes nos dirigen, de quienes nos gobiernan, cualquiera que sea el nivel al que lo hagan. Pido luz para la sensatez, y pido luz que evite la confusión, tan dañina para la opinión pública y para la sociedad bajo su influjo.

Una confusión, actualmente sobre el tapete político, es sobre la “ideología” como un fenómeno perverso, por lo que, a decir de algunos gobernantes, no hay que dejarse llevar por ella en asuntos de gran calado político. ¿Quiere esto decir que debe prevalecer el capricho o el cálculo electoral? Sin ideas firmes, precisamente sobre lo más importante, la acción de gobernar se convierte en un peligro público.

Lo perverso es construir una ideología ausente de ideas. Las ideas son previas a la ideología, y ésta no puede existir sin aquellas. Como reza el Diccionario de la Real Academia Española, ideología es el “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.”

El gran problema hoy, es que el gobierno se confía a políticos que, sin ideas, pretenden construir una ideología como arma artificiosa que, caprichosamente, premia unas acciones y penaliza otras, rindiendo tributo y pleitesía al artificio. ¡Ojala los políticos hablasen más de ideas que de estrategias electorales! Mejor nos iría a los españoles.

 

Nuestra esperanza queda para el 2014.

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