Hoy me ha llamado el amigo Serafín desde la cárcel madrileña de Estremera. Serafín es lo que los abogados penalistas llamamos un “honrado traficante”; un fulano cualquiera que no se mete con nadie pero tiene la mala suerte de que la EDOA le trinca en posesión de 5 o 6 kilos de cocaína más de los que se pueden alegar para consumo propio.
El caso es que el hombre me ha llamado muy entusiasmado porque un tío de su módulo, un tal Oriol,que también está en Estremera le ha dicho que va a solicitar la excarcelación para poder hacer campaña electoral; y claro, culo veo… culo quiero… Me ha pedido que le afilie a un partido, el que sea, y pida lo mismo, que yo también quiero hacer campaña
– Hombre… Serafín… no sé yo…- le he respondido con un poco de escepticismo.
– Que sí, que sí, que este tío sabe lo que hace; este tío pilota…
Y bueno, aquí estoy toda la mañana delante de la pantalla del ordenador buscando y rebuscando un partido que vaya bien con su personalidad y, sobre todo, viendo cómo se lo planteó al juez…
En fin, creo que con la tumba de Dalí ha pasado como con las Pringles: cuando haces Pop, ya no hay Stop… Verás tú como abran la de Berlanga…
Cosas que le pasan a uno…