William Vansteenberghe

Europa, Europa

Tras los atentados de Paris, se detectó un recrudecimiento de los planteamientos “duros “ en la Unión Europea, en relación con las personas extranjeras. El miedo a la invasión ha justificado uno de los actos más mezquinos e ignorantes por parte de Bruselas, abandonarlas en las tierras de nadie, con la esperanza que en primavera, como la nieve, hayan desaparecidos.

Hemos  tenido el deseo de ocupar el mundo  desde Atenas y Roma, y además si no lo hacemos, muchos nos diagnostican “decadencia”. El historiador conservador Niall Ferguson, acusa a la vieja Europa, no sé si con o sin el Reino Unido, de haber bajado la guardia, y con ello carecer de capacidades militares y deconfianza en ella misma. Además, según él,  hemos abierto las puertas a los extranjeros que nos envidiaban nuestro estilo de vida y  opulencia, y ello sin renunciar a su fe ancestral. Otros historiadores ingleses, acusan a los romanos de pensar que su mundo jamás cambiaría, y se equivocaban, por lo que deberíamos no imitar su suficiencia y reaccionar.

No nos olvidemos que si los romanos no hubieran sido vencidos de forma continuada desde la confrontación con las tribus germanas en el bosque de Teodoburgo, el mundo de estos historiadores no existiría, eInglaterra jamás habría mandado sobre las aguas.

Estoy de acuerdo con el hecho de que Europa está en decadencia pero por otras razones:  tiene miedo al hecho de que el mundo se haya transformado en más pequeñoy con ello, que las fuentes del Nilo y las del Congo, son ahora nuestras fronteras.

Debemos dejar de pensar que somos el centro de la cultura, de la fe, en definitiva de la inteligencia humana, porque si esto fuera cierto, ya no seríamos un continente sino un museo.

El futuro de Europa, tiene dos escenarios de desarrollo, el interior, al que no le hemos dedicado la atención requerida en estos  últimos 20 años, y decidir qué modelo de Europa queremos.

Si vamos a entrar en el Oriente de los griegos, hoy turco, volvemos a entrar en el ajedrez de la política mundial, y eso no lo podemos hacer a punta de misiles sino recordando aJacques Coeur y personajeshistóricos que construyeron lazos indestructibles con el Levante.

Intuyo una tercera vía, mas oculta, que es la de la convicción que nuestra tierra, la que cabe en una mano, no desaparecerá nunca;  las naciones, los estandartes, los gobernantes y lasmásaltas torres, sí. Pero siempre serán reemplazadas por otras.

Lo que me lleva a aborrecer del miedo al cambio, ya que este es ineludible, y luchar para  que en este, estén incluidos los valores que esta vieja tierra ha sido capaz de proponer, sin miedo al color que puedan tener sus ciudadanos.

Europa debe cumplir su promesa como idea de paz, libertad y entendimiento, entonces será parte del mundo global por derecho propio, sino se desvanecerá en la historia empujada por su vejez y su miedo.

Guillermo Vansteenberghe

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