William Vansteenberghe

Europa o la cuadratura de la Vergüenza

Nadie puede poner en duda que, en estos momentos, la Unión Europea es una Institución débil, lo que no sabíamos es que sin nuestro permiso se iba a transformar en solo diez años en la sombra de la esencia ética que pretendía defender.

Síntomas de esta enfermedad afloraron en los distintos escenarios internacionales donde lo único que hizo bien nuestra Unión, es lanzar bombas al unísono y bajo mandato de la OTAN, o sea de los EEUU. Estos, con ello, consiguieron lo que pretende la Unión con Turquía, delegar el trabajo sucio sobre un tercero a cambio de dinero. Pero hay una diferencia importante, en el trato con los EEUU, la Unión salió debilitada, ya que obedece sin contrapartida.

Turquía en cambio sale reforzada, primero porque se la eleva a rango de interlocutor válido, cuando es un régimen fascista en nombre de Dios, se le tolera el asesinato de kurdos como mal menor, los Peshmergas aliados y únicas tropas eficaces contra el Daesh, finalmente se le ofrece 3000,millones de euros para ser tapón resistente frente a la huida, que no la invasión como se desgañitan algunos liberales extraviados entre la derecha y su extremo, de miles de personas de un escenario de guerra larvado con mimo desde hace más de 100 años por los intereses occidentales.

Turquía además, negocia esta ayuda de forma ventajosa ya que pretende en un acto aún más vil, ponerle precio al alma de su gobierno, aumentando la oferta a 6.000 millones de euros y libre paso por Europa -a ellos si-, de sus ciudadanos. Frente a este monto ignominioso, se liberarán 700 millones, en tres años para la”ayuda humanitaria” para integrar a los que han tenido ¿la suerte?, de cruzar a Europa.

Mientras se le niega la sal a Grecia, a regañadientes se recibe a los líderes de este país, a pesar de venir a Bruselas de rodillas, se les oye en la lontananza quejarse de saturación de los campos, de tensión social creciente, de incapacidad de gestionar los flujos, ni a la entrada de sus fronteras ni a la salida, debido al bloqueo interesado de los Macedonios; a Turquía, no obstante, se le oye todo, se recibe al señor Erdogán al más alto nivel, se aplasta el conato de toda manifestación en contra del “amigo” Turco, sentando así un curioso precedente más, en esta bajada sin fin de Europa a la Des-Unión europea, ningunear a un miembro de pleno derecho de la Unión, frente a un extraño y poco recomendable país que tiene sus vistas puestas en la amplificación territorial a costa de Siria, o sea un problema de futuro evidente una vez que cesen los tiros.

¿No será que algunos europeos, en la Rue de la Loi / Wetstraat 170, estén agrandando el continente en su mente, con oscuridad y alevosía, ya que una vez que Turquía entre en la “Unión”, traerá estos réditos con ella?, imagínense, una parte de Irak y de Siria en Europa, ¿Es que no fueron Macedonias alguna vez?

Ya que no se le puede quitar a Turquía, Estambul, y poder rebautizarla así como Constantinopla, lo único que queda es tragarse a Turquía entera regándolo con unos buenos barriles de petróleo.

Consecuencias: los kurdos se transforman en un problema europeo, ya no solo turco, y Turquía se transforma en imprescindible ya que corcho de lo que no se quiere del Próximo Oriente.

¿Además para que dejar a Turquía con todo el rédito de Imperio del Oriente Mediterráneo, si lo podemos unir a nuestra “desunión”? y heredar así su dossier de problemas con el renaciente Imperio Ruso.

Finalmente Turquía se convierte en un parking para los millones de refugiados, que solo verán pasar la sombra de los euros destinados a su rescate y acomodo: Una tienda en el desierto Anatolio, un agujero para las letrinas, una escuela de tela lleno de voluntarios, permitirán darle mejor uso a esos 6.000 millones de euros, el descanso solaz en bolsillos amigos.

La táctica se completa con la delegación por parte de la Unión, de la gestión de flujos sobre los frágiles hombros de las ONGs, las Fundaciones con renombre, eficaces pero no siempre, a las que se les entregará el caos imperante, y se les podrá culpar así de la ineficacia propia y ajena, y ello en el mismo momento en el que se les entregue el primer euro.

Esto demuestra un hecho ineludible, la incapacidad de Bruselas, juntos o por separados, de gestionar un hecho extraordinario como es el flujo migratorio, sea este o el anterior originado en la guerra de los Balcanes, ya que fueron los Estadounidenses y la OTAN, los encargados de redistribuir a las personas, brillando Europa con oscuridad propia.

A la carencia de Política Exterior, de Política Interior eficaz en tiempo y espacio, se le suma la incapacidad de crear las herramientas que se puedan transformarse en estables, para la gestión de catástrofes humanitarias, que consigan con el tiempo necesario, consolidar una red supranacional europea de intervención coordinada, al margen de las limitaciones de las fronteras, que supuestamente ya no existían.

Recordemos que una crisis siempre es una oportunidad para avanzar, si se clarifican objetivos y si se tiene visión de futuro. En nuestro caso la debilidad será la seña de identidad que se grabe en los libros de Historia. En vez de avanzar en la Unión, retrocedemos hacía épocas primarias, al Eje Franco-Alemán.

Con todo ello, Europa ha conseguido en poco tiempo, demostrar que todo lo que se emprende puede salir mal, salvo lo del dinero o la represión. Se controlan los bancos, salvo los que están en paraísos fiscales, se controla a las policías, las cuales con esta crisis están estrechando lazos de amistad, pero lo que atañe a la gente, sigue siendo tentativo y erróneo.

A todos estos males se suman las apreciaciones cada vez más políticas de que gobiernos son amigos o enemigos en el mismo seno de la Unión, unos a derecha, pero menos maltratados, otros a izquierda que son apartados de la senda del deambular comunitario como piedra molesta, prefiriendo a cambio pactar con vecinos oscuros y ajenos al Club.

Estos mimbres se tejieron en Lisboa, ciudad de infausto Tratado, donde aceptamos que Europa era mínima, dejando con ello a la Unión con un traje de marinerito, demasiado pequeño para hacerse a la Mar.

*Este artículo va dedicado a todas las personas que se dejan la piel salvando y ayudando a los Refugiados, y a los que solo encontraron refugio en el frío fondo del Mar.

Artículo de colaboración de William Vansteenberghe

 

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