Europa también se incendia

Con la llegada de las elecciones europeas llega el momento de rasgarse las vestiduras para unos, jugar sus opciones remotas para otros, y como telón de fondo, mantener un impass sofocante para cuestiones de futuro con amplio calado social, y sobre todo de índole económica.

Porque Europa incendia y mucho a sus ciudadanos, aunque por fortuna no al estilo del incendio real que se ha producido en Culllera, y que gracias a la fortuna ha quedado en un susto por la incomprensible negligencia de su alcalde, Ernesto Sanjuán, que casi echa por tierra su futuro político y el de su partido.

Las decisiones de Bruselas tienen encendidos los ánimos pero de carácter permanente, primero con los que atañen a cuestiones más secundarias, y después con las que hacen daños a familias y especialmente a las pymes, como es el futuro de la Unión Bancaria en la UE.

Porque esta es una de las claves de la partida que se juega a muchos kilómetros de Valencia y que afecta al presente y futuro de la economía valenciana. Es un cóctel explosivo que dinamita los tímidos atisbos de recuperación junto con unas políticas del Gobierno de Rajoy, que solo ralentizan la marcha de la economía, ya que perjudican reiteradamente a las pymes, y por tanto, a la creación de empleo.

La partida por las elecciones europeas está servida. Y no difiere para nada del modelo español ante la celebración de unos comicios. O lo que es lo mismo. Meses antes de esa cita electoral las decisiones importantes, las realmente trascendentales para la evolución de la economía, se ralentizan considerablemente, porque los políticos juegan sus bazas con el único objetivo de conseguir buenos resultados.

Esa es la única pauta a seguir por populares y socialistas, tanto a nivel español como europeo, lo que se traduce en la generación de un incendio en el seno de la microeconomía, ante la falta de unas reformas estructurales que resultan vitales para familias y empresas.

Y en esas estamos, mientras que contemplamos con perplejidad y penuria los datos demoledores de la EPA tanto a nivel nacional como en la Comunitat Valenciana, que nos dibujan un presente y un futuro sombríos en el que todavía queda muchísimo por hacer.

Porque son cifras incuestionables se vendan como se vendan. Son absolutamente inadmisibles esas tasas de paro mientras esperamos que se produzca la unión bancaria o se ponen parches en España para conseguir la ansiada recuperación.

Estos datos deben hacer reflexionar a todos los partidos, a todos los agentes implicados en la escala social y económica del contexto europeo. Porque se demuestra reiteradamente, que ni son válidas las políticas austeras permanentes de Merkel y cía. ni el gasto público desbocado, envuelto en políticas sociales, que venden a perpetuidad las filas socialistas.

Es momento de no crear más incendios y de trabajar por un bien común en Europa. Porque si los políticos se quejan de la previsible baja participación en estos comicios, puede ser debido a un descrédito alarmante ganado a pulso entre la sociedad civil.

España y Europa necesitan reformas de calado y las necesitan ya. La microeconomía española está muy lejos de la recuperación, ya que la macro hace tiempo que camina en una tendencia alcista más positiva, pero que solo beneficia a las grandes corporaciones.

Y no es una bandera política, de una formación determinada, sino un hecho constatado.

La mejora sustancial de la situación depende de las empresas. Sí, de las empresas. Porque mientras los estados las asfixien con unas medidas fiscales tan exacerbadas, difícilmente se podrá generar empleo, y de calidad, en el seno de la UE.

Es momento por tanto de apaciguar el incendio, y de encontrar soluciones, sin esperar a que Elena Valenciano, Arias Cañete, González Pons o De Guindos, conozcan sus destinos para mejora de sus futuros profesionales.

Porque la prevención es el mejor remedio para asegurar unas políticas de calado que permitan rebajar unas cifras sonrojantes de paro que azotan a la población europea en los últimos años.

El futuro está por decidirse y la partida por jugar. Europa debe ser un proyecto de futuro, una lanzadera eficaz, como las que desarrollan nuestros emprendedores, y no un incendio que destruya nuestro modelo, como un día le sucedió a la todopoderosa Roma.

José Luis Pichardo

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