Día Mundial de la Libertad para amordazar a la prensa

Feliz Día Mundial de la Libertad para amordazar a la prensa

Feliz Día Mundial de la Libertad para amordazar a la prensa. Hoy, los periodistas de todo el planeta conmemoramos el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Una libertad muy relativa, cuestión que se suma a las limitaciones que, ya de por sí, tienen los que la ejercen por ser, precisamente, una libertad y no un pleno derecho, como es el del acceso a una información veraz y contrastada.

Los periodistas españoles no nos podemos quejar. No sufrimos secuestros, acciones graves de violencia física, torturas, ni mucho menos la muerte, por trasladar la realidad a un soporte inteligible y accesible para los lectores; cosa que no pueden decir miles de corresponsales y profesionales de la información que se juegan la vida en muchos países. Pero, aún así, no nos podemos conformar y hemos de lanzar un grito conjunto.

Los comunicadores en España nos enfrentamos a la peor de las censuras, para la que no hace falta la aprobación de leyes mordaza u otro tipo de coacciones legislativas: la censura derivada de la debilidad económica de nuestros medios.

Somos vulnerables a manipulaciones e inmersiones exteriores, pues, al fin y al cabo, por encima de nuestra vocación y nuestra intención de servir a la ciudadanía está, como en cualquier ser humano, el mal vicio de comer a diario.

Para poder hacerlo se requiere de una nómina -o una aportación mensual sin figurar en la plantilla y, en muchos casos, asumiendo el coste de la Seguridad Social y la tributación-. A su vez, los propietarios de los medios ven limitada su capacidad de contratación y, en el caso de los periódicos físicos, ven como su deuda crece más y más, día a día, hasta convertirse sus empresas en insostenibles.

Solución: ataduras a otros intereses, bien distintos a los estrictamente éticos y vocacionales de los ahora denominados despectivamente como “juntaletras” que, cabe recordar, somos licenciados universitarios, así como lo es un médico, un abogado o un maestro.

No se extrañen ustedes, si siguen sucediendo despidos masivos, disfrazados de expedientes de regulación de empleo, en sus medios de cabecera. No se extrañen, si en los próximos meses muchos de nosotros nos convertimos en Ignacio Escolar y vemos nuestro puesto volar por defenderles, precisamente, a ustedes, para que mantengan intacto su derecho a ser informados correctamente.

Por una prensa libre de mordazas. Erradiquemos la libertad de amordazar a la prensa y demos paso a una libertad de prensa real. En el caso español, la Constitución nos ampara. Eso sí, una Carta Magna que deja en evidencia su condición de conjunto de papeles mojados, al llegar la hora de perpetuarse en el poder político o económico.

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