Guárdate, Sánchez, de los idus de Marzo

Siglo I a. C. Conjura para asesinar a César. Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, más 30 senadores y otros tantos optimanes, bajo la excusa sublime de restaurar la República y la menos confesable de restaurar su propio poder, apuñalan al hombre. Y al final ni restauran la República ni pasan a la historia como algo más que traidores.

Si fuera yo más Shakespeariana -que no lo soy, porque ya sabéis que me va más Alonso Quixano- pues como que me vería tentada a hacer un paralelismo entre el drama Cesáreo y el cutre vodevil, que no material épico, de lo acontecido estos días en el debate de investidura. Que entre otras cosas me ha dado mucha vergüenza ajena, como a la mayoría de españoles.

Pero venga, va, si tuviera que recrear como arquetipos a César, a Casio y a Bruto, y tratar de metamorfosearlos en Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Mariano Rajoy respectivamente, y sus intervenciones teatreras durante el primer acto de la investidura que nos ha ‘regalaó’ la TV1 ad nauseam y sin cobrarnos entrada, este sería el dialogo entre los personajes.

César (A quien el adivino Espurina le había dicho: ‘Guárdate de los idus de marzo”, y su mujer, Calpurnia, había soñado esa misma noche que César sería asesinado): Populus Hispanorum, apelo a la responsabilidad de todos para que haya un gobierno de cambio y evitar nuevas elecciones.

Casio (Confabulador nato, Tribuno de la Peble, aliado en principio de Pompeyo y luego de César, ‘spiritus rector’ detrás de la conspiración pero sin saber muy bien qué va a hacer después): Ustedes tienen el pasado manchado de cal viva y son más de derechas que Millán Astray. Es usted un candidato rendido a las oligarquías y los poderes fácticos. Cuídese de la naranja mecánica.

Bruto (Y estaremos todos de acuerdo en que Bruto tiene que ser Rajoy, por lo zopencón): Esto es una farsa, una representación teatral, un fraude, un vodevil a dos bandas, un rigodón con cambio de parejas y pacto de los toros de Guisando. ¿Qué es este curalotodo? ¿El bálsamo de fierabrás?. Ustedes los socialistas siempre siembran paro y el déficit con la naturalidad que la primavera trae alergias y catarros.

Pedro Sanchéz, más solo que antes, se encamina de nuevo hacia la Curia Pompeyana y al encontrarse otra vez con Espurina le dice:

-Ya han llegado los idus de marzo y sigo vivo!

-Sí, pero aún no han acabado. –Le contesta el adivino.

Artículo de colaboración de Fina Godoy. Periodista.

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