Por Mariano Ayuso Ruiz-Toledo. Abogado, Director de Ayuso Legal
Algo se está moviendo en la economía valenciana. Y es en positivo, por primera vez tras estos años de reflujo.
Desgraciadamente no es la noticia del renacimiento de un sistema financiero valenciano o la implantación generalizada del nuevo paradigma Industria 4.0 en nuestra Comunidad. Pero sí hay un crecimiento notable de las exportaciones y mucho movimiento de generación de empresas y riqueza.
La noticia que ha desencadenado esta reflexión tiene su origen -como muchas de las noticias positivas de nuestra economía valenciana y de la formación de nuestro empresariado- en el entorno de Juan Roig. En concreto, leíamos en estas mismas páginas la semana pasada que Lanzadera -el acelerador de empresas promovido por Juan Roig- hacía su cuarta convocatoria para emprendedores con proyectos innovadores.
Esta iniciativa es sumamente estimulante para los creativos del ámbito empresarial. Conozco personalmente alguno de los impulsados por Lanzadera en anteriores convocatorias y ciertamente está generando actividad económica y riqueza. Tanto por el apoyo directo e indirecto a proyectos innovadores y nuevas ideas que generan esta actividad empresarial con buena garantía (por el riguroso proceso de selección y la estudiada fórmula de apoyo), como -también- por el estímulo a los potenciales innovadores y emprendedores que, al vislumbrar una posibilidad de tener esa palanca para mover y lanzar su idea, profundizan en ella y la maduran.
Otro proyecto del mismo grupo de personas comprometidas en Lanzadera es una de las iniciativas más importantes para la formación científico-práctica de nuestros futuros líderes empresariales, el centro EDEM, a lo que se suma otra iniciativa complementaria de las anteriores y orientada a la financiación y asesoramiento de iniciativas proyectos (Angels).
Naturalmente, si esto se moviera en un medio aislado de su entorno no tendría mayores perspectivas de futuro, pero se desenvuelve en un entorno que está alcanzando cada vez mayor dinamismo. Los indicadores de relanzamiento de la actividad ferial en Valencia comienzan a ser alentadores y el movimiento de los sectores productivos -además de las buenas cifras de las exportaciones y del turismo- parece ser una realidad. El próximo mes de marzo, se va a celebrar una nueva edición de FORINVEST (foro de economía y finanzas en Feria Valencia) que probablemente será otro estímulo de recuperación y una oportunidad para innovadores y emprendedores.
También hay unos signos claros de recuperación en los encuentros, propiciados por Universidades y organismos oficiales y empresariales, para promover y viabilizar las startups (como los startups weekends), que indudablemente son un cauce inmejorable del talento y del emprendimiento.
Estos movimientos que se detectan ahora mismo en Valencia -en nuestra Comunidad en general- no sólo auguran una recuperación económica y del empleo, que parece que es el objetivo a corto y medio plazo de todo el mundo, sino que tienen un efecto saludable y esperanzador a largo plazo y es el de retener en nuestra tierra, valenciana y española, el talento emergente.
No podemos seguir con la sangría de inteligencia y formación que supone la emigración de los más capacitados a países donde les ofrecen un futuro que aquí n encuentran. Esa absorción del talento de todo el mundo, por la facilitación del posgrado académico de prestigio y su ubicación posterior en el tejido empresarial y académico propio ha sido -y sigue siendo- la clave del éxito de los Estados Unidos.
Nosotros no tendremos, probablemente en muchos años, la capacidad de importar talento -aunque hemos tenido una etapa dorada en que sí que hemos sido un referente para los excelentes de algunos países-, pero sólo conque pongamos los estímulos para retener al nuestro tendremos un futuro.
Esperemos que la política -con minúsculas- no ahogue esta esperanza, como ha ocurrido otras veces en nuestra historia y ha llevado a tantos soñadores a repetir aquella frase del Cantar del Mio Cid “que buen vasallo, si oviera buen señor”.