Joan Lerma

En las democracias occidentales (EE.UU.y Francia, por ejemplo. También en Rusia) se tiene porcostumbre que la mujer adopte el apellido del marido y que todo el mundo siga llamando“presidente” a quienes han dejado de serlo.

En España lo primero prescribió prácticamente con eladvenimiento de la actual democracia (y no seré yo quien reivindique la recuperación de esacostumbre), y lo segundo nunca se ha estilado, siempre se les pone el ex por delante.

De los primeros mandatarios autonómicos valencianos sólo dos han salido con bien de las brumasde la joven historia de nuestra autonomía: Lerma y Zaplana. Al segundo, por su fama de intrigante, siempre le acompañará la duda, aunque 13 años después de haberse ido nadie le ha encontradoninguna certeza. Al primero, como hace 20 que se fue de la política valenciana (aunque nunca deltodo), le será más próximo el tratamiento vitalicio de “presidente”.

Joan Lerma es desde hace tres semanas, las que tiene de vida el programa radiofónico Veus Senyeres que me honro en dirigir y presentar, el primer presidente de la Generalitat contertuliohabitual, semanal, en una emisora de radio.

Y su condición se hace notar en cada programa. Con la réplica siempre a la altura de los brillantísimos José María Lozano, Fermín Palacios, Ofelia Vila, Guillermo Vaastenberghe y Pilar Vicente, Joan Lerma deja en cada edición de Veus Senyeres el sello del político que lo ha sido todo y todo lo ha pensado y reflexionado, aunque no necesariamente todas esas cosas a la vez, con frases como ésta, aplaudida unánimemente por sus compañeros de tertulia del pasado viernes: “hacer política es hacer que la gente que piensa diferente y no va a cambiar de opinión conviva pacíficamente”.

Había que ponerlo por escrito.

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