Mare Nostrum, Un mundo difuso para una agricultura en riesgo

La Confianza un factor determinante a menos de 100 días

Estamos ya dentro de los últimos cien días para el 24M y los últimos avances de datos del CIS, además de aportar un poquito más de desasosiego a aquellos que viven de las proyecciones demoscópicas tras el supuesto punto de inflexión que supusieron las elecciones Europeas, están sirviendo como un verdadero análisis DAFO sobre la otra realidad de la sociedad española. El vuelco de datos constantes de todos los indicadores permite antes de tomar cualquier decisión estratégica, confirmar las acciones de gobierno, a partir de un imprescindible diagnóstico del entorno. El análisis DAFO es el método más sencillo y eficaz para decidir sobre el futuro. A través de él podemos plantear las acciones que deberíamos poner en marcha para aprovechar las oportunidades detectadas y prevenirnos contra las amenazas teniendo conciencia de nuestras debilidades y fortalezas.

La confianza es uno de esos elementos imprescindibles en cualquier estrategia. Y tanto los datos arrojados por el Barómetro de febrero como los aportados por el Indicador de Confianza del Consumidor, permiten albergar un poco más de esperanza en esta fase final de una crisis desgarradora. El ICC recoge mensualmente la valoración de la evolución reciente y las expectativas de los consumidores españoles relacionadas con su economía familiar, el empleo y sus posibilidades de ahorro y consumo. Por ello su análisis es crucial para determinar el estado del ciudadano en cuestiones cruciales de su día a día.

Los principales valores del ICC son, el indicador de situación actual que se refiere a la valoración que hacen los consumidores de la situación económica actual, en relación con la que tenían seis meses antes. Y el indicador de expectativas que refleja la situación económica esperada por los consumidores para dentro de seis meses. Referencias que confirman también esa tendencia hacia la mejora en el global de nuestro entorno.

En un año, de enero de 2014 a enero 2015, el ICC ha registrado un fuerte avance de 21’9 puntos, que porcentualmente se traduce en un aumento del 22%, resultado de un crecimiento del 27’1% en la mejor valoración de la situación actual y un incremento del 18’1% en las expectativas. La percepción de los ciudadanos respecto a la evolución general de la economía es 25’2 puntos superior a la de hace un año. Las posibilidades del mercado de trabajo se sitúan en 26’8 puntos por encima en el mismo período y al mismo tiempo la valoración de la situación de los hogares empieza a sacudirse la pesada losa de años de penurias, mejorando en 17’1 puntos la de enero de 2014.

Así mismo, el índice de expectativas respecto a la situación económica del país se ha incrementado en 24’4 puntos, en 16’9 puntos la de los hogares y las que afectan al mercado de trabajo en 20’6 puntos. La confianza es el elemento clave del funcionamiento de una sociedad y de una economía. La crisis provocó una dramática caída de la confianza, llegando a paralizar los mercados de crédito, encareciendo y racionando la financiación a empresas y familias, acelerando la recesión, reduciendo los efectos del multiplicador keynesiano y obligando a los gobiernos a gastar en exceso, en una orgía expansiva del gasto de efectos devastadores. Una factura que siempre paga el ciudadano, a pesar de la demagogia y las fórmulas populistas de algunos.

Las políticas adoptadas por los gobiernos populares tenían su razón de ser. Había que revertir una situación inviable que nos llevaba al precipicio, actuar con responsabilidad y convicción para devolver esa esperanza a una ciudadanía que se sentía engañada por aquellos que debían protegerla. Ahora la contundencia de los datos confirma que las mejoras son evidentes y reflejan que las complicadas medidas adoptadas han tenido su efecto. La medicina está sanando al enfermo. Es cuestión de confianza.

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