La ‘guerra civil’ europea

La ‘guerra civil’ europea. No es cruento, afortunadamente, pero cada vez resulta mayor el enfrentamiento entre europeos. Tampoco se trata, es verdad, de una confrontación entre los de unos países contra otros, sino entre ideologías extremas dentro de los propios países.

En un par de meses, esa oposición se evidenciará en Gran Bretaña en el referéndum para decidir entre quienes desean la salida de la Unión Europea y los que pretenden seguir dentro de ella. No es la única controversia británica, es cierto, ya que, que el laborismo también se ha escorado a la izquierda, con Jeremy Corbyn, frente a la emergencia de nuevos líderes conservadores, como el alcalde de Londres, Boris Johnson.

Algo parecido sucede en muchos países, con la ascensión de partidos ultras o xenófobos en Hungría, Finlandia, Holanda… y la vecina Francia, donde Martine Le Pen está a las puertas de llegar al Elíseo.

Seguramente son muchas las razones que explican este fenómeno, desde la angustia de unos ante la masiva inmigración de musulmanes y la rabia de otros por la poca solidaridad con dichos inmigrantes, hasta la culpabilización de unos y de otros a la democracia parlamentaria de los problemas sociales y económicos existentes hoy día.

Argumentos, por consiguiente, no faltan. Soluciones extremas y falsas, tampoco.

En bastantes países, la ascensión de las fuerzas políticas situadas en las antípodas ideológicas, como sucede en la Grecia de Alexis Tsipras, acaba por confinar el centrismo y la moderación a un espacio reducido, irrelevante e ineficaz.

La Historia nos demuestra que el no alertar a tiempo de situaciones como ésta y buscarles remedio entre todos puede conducirnos a dramáticos fracasos colectivos. Al tiempo.

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