La hora de la dignidad

Hace cuatro años, los socialistas valencianos hicieron, hicimos, una campaña electoral defendiendo que había llegado la hora de la dignidad, la hora de devolver la dignidad perdida a nuestra tierra gracias a Camps y sus compinches. Llevábamos el reloj adelantado. El domingo 24, por fin, llegó esa hora.

Ahora son días de juiciosas reflexiones pos-electorales y de análisis pormenorizados ante los posibles pactos; días de contabilizar cuantos gobiernos progresistas se constituyen en los municipios y en las Diputaciones y
también de asumir, o exigir, responsabilidades a aquellos que no han cumplido con las expectativas. Pero puede ser, también, tiempo de recordar a aquellos que, como Moisés, hicieron la travesía en el desierto pero no han podido entrar en las instituciones. Aquellos que han contribuido a esta hora de la dignidad.

De diputados y diputadas socialistas que en Les Corts han, hemos, peleado duro contra la corrupción, denunciándola en la prensa y en los juzgados, he hablado en ocasiones en esta columna: Pepe Camarasa, Angel Luna, Andrés Perelló, Ana Noguera, Clara Tirado, Josep Moreno, Eva Martínez… De los citados, solo Clara estará en las nuevas Corts que se constituirán el próximo día 11 de junio, pero todos nos sentiremos representados por los 23 diputados socialistas que allí se sentaran. Ellos y ellas reciben nuestra herencia y, aunque soy parte interesada, creo que pueden sentirse orgullosos de nuestro trabajo.

Hay quien no tendrá esa suerte, quien no se verá representado por los suyos.

Los progresistas valencianos, estos días deberíamos tener presente a la gente de Esquerra Unida y el trabajo que han realizado. Yo los he tenido de vecinos de bancada durante muchos años. Coincidiendo en la oposición al Partido Popular casi siempre; otras veces, discrepando sobre nuestras respectivas propuestas, pero siempre desde el respeto a su trabajo y a su coherencia política.

Gente como el ilicitano Juan Antonio Oltra, trabajador meticuloso y excelente parlamentario. Gloria Marcos, la mujer rebelde y comprometida. El alcoiano Lluis Torró, tranquilo profesor universitario al que el PP conseguía sacar de sus casillas. La actual eurodiputada Marina Albiol, pequeña en edad y complexión física que se crecía debatiendo en el atril. La jovencísima Ester López, empeñada en explicarle a la derecha términos como homofobia,
transfobia y bifobia. La “Gran Señora de Izquierdas” que es Marga Sanz que demostraba que se podía ser dura en el discurso y moderada en el tono. Y como no, Ignacio Blanco, que pasó, en una sola legislatura, de ser el diputado
revelación, a aspirar, por méritos propios, a la Presidencia de la Generalitat.

Ellos y otros muchos de Esquerra Unida –Un recuerdo para el valenciano Amadeu Sanchis– no han recibido el respaldo ciudadano que esperaban. Así es la democracia.

Pero, su trabajo no cae en saco roto. Su contribución a la recuperación de la dignidad es indiscutible Desde otra orilla partidaria, desde la sana discrepancia ideológica que siempre enriquece a la izquierda, les animo a superar pronto esta etapa y continuar en la lucha. Os necesitamos, amigos.

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