La planta noble: la falsa división del Consell

Dice mi director Jesús Montesinos que el lenguaje dominante es el de la izquierda. Una teoría que salpica a todo tipo de comunicación en nuestro país, la política, la social, la empresarial… el tan manido lenguaje correcto, por lo que se espera de él mismo… Personalmente me atrevería a dar un paso más, peligroso y cicatero, pero real al fin y al cabo. Además del lenguaje, ciertos medios situados en el espectro ideológico autodenominado “progresista” ostentan la capacidad de la creación de información.

Y no me malinterpreten, no me refiero a la creación de opinión, como buenos prescriptores reconocidos y referentes al uso, sinó más bien a la recreación de la noticia… a la inventiva informativa en formato noticiable, confundiendo las más veces lo deseado con lo ocurrido. En plan Joseph Goebbels vamos, repite, repite que algo queda… Como si viviéramos sintonizados a La Sexta.

Resumiendo, que es gerundio… Varios medios patrios de la izquierda militante se han empeñado durante las últimas semanas en pontificar y señalar con el dedo el divorcio existente, según ellos –tan canónicos-, en el seno del Consell. Particularmente protagonizado por la consellera de Educación Mª José Catalá y el de Gobernación Serafín Castellano. Con el argumento de la artificial polémica respecto la denominación del valenciano en el Diccionario Normativo de la AVL, han ido guionizando un inexistente conflicto entre el pérfido y la presa. Qué si todo es una mascarada para poner la zancadilla a Catalá, qué si Castellano ha abierto la caja de las esencias sin medir sus consecuencias, que si están a matar por esta cuestión y por muchas otras, con el vicepresidente Pepe Císcar en medio, medio damnificado y medio pacificando, y el resto de consellers en solfa haciendo el corro de la patata…

Más lejos de la realidad, imposible. La necesidad casi neurótica de ciertos medios de presentar al gobierno valenciano como una hoguera de las vanidades, dividida y enfrentada, sólo se basa en las ganas que algunos parece que tienen que así sea. Ni menos ni más. Cada detalle, cada palabra, cada guiño es interpretado para mal, con malicia declarada que supura en cada escrito, con el único objeto de torpedear la gestión del Consell y plantear ante la sociedad una situación de desintegración del partido gobernante que en poco o nada se adecua a la veracidad. Por mucho que martilleen repetidamente que estamos en un fin de régimen y que ante el hundimiento del mismo todos están en plan sálvese quién pueda… una pasada de rigor, credibilidad y contraste de la información desmonta a la primera tal quimera.

Quién conoce la realidad del trabajo llevado a cabo por el Consell, de su estrecha comunión con el partido que lo sustenta, de la consolidación y liderazgo del presidente Alberto Fabra dentro de su partido y de su gobierno, no cae ni siembra maledicencias falsas y noticiones contaminados. Ya que el informar trata de relatar la realidad, no de transformarla atendiendo al anhelo propio. Y eso en nuestros medios, por desgracia, está muy arraigado…

Borja Belloch

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