Montesinos

Las elecciones se ganan haciendo política

Podemos está en el Parlamento europeo porque ha hecho política. Radical. De muy a la izquierda. Antisistema si se quiere. Pero ha hecho política. Y basta con ver su decálogo. Luego ha utilizado herramientas: la comunicación, el populismo, la perversión del lenguaje y la segmentación de los grupos electorales.

El PP y el PSOE han perdido las elecciones porque hace años que no hacen política. Hacen gestión. Montan bulla. No sabes muy bien dónde están ideológicamente. Son confusos. Trabajan solo para sobrevivir ellos mismos y contra los otros (la épica del adversario). Y no saben utilizar ninguna de las herramientas básicas: son antiguos en la comunicación, populismo barato, no segmentan a los electores (¿a qué grupos sociales se dirigen?) y son muy malos en la utilización del lenguaje y la agenda setting. El PP aún está en el poder, pero estos errores en el PSOE son de suicidio, como ha ocurrido.

El resto del panorama está a caballo de los dos modelos. Izquierda Unida y Compromís o UPyD no hacen política, pero alardean de moralidad, como si fueran los únicos hombres virtuosos sobre la tierra. Esto los desdibuja hasta el extremo de que se quedan atascados en sus suelos electorales y un poco más en función de cómo le vaya al PSOE. Por ejemplo: Compromís, Morera, Oltra o Nomdedeu no han podido aguantar el empuje de Podemos en parte del electorado que ellos creían conquistado. A UPyD le quedan dos telediarios si al final tiene que ceder votos para algún pacto por la izquierda o la derecha, que lo hará.

PP y PSOE y sus hijos PPCV y PSPV/PSOE no hacen política. No se adivina en sus programas más allá que una propuesta de gestión. Unos y otros prometen arreglar lo de la naranja, el Corredor Mediterráneo o el paro, pero no hay compromiso político. ¿Alguno de estos dos partidos y sus líderes (también los otros) habla claro de cómo cambiar las universidades, modificar el sistema productivo valenciano para crear empleo o ajustar de verdad las infraestructuras sociales, físicas y culturales sobrantes? Nada. Eso es hacer política y tienen miedo que el electorado se asuste. Podemos no tiene miedo porque su gente no tiene un sueldo que perder.

Hay dos muestras claras. Alberto Fabra acaba la reunión de la dirección del PP en Madrid diciendo que hay que reflexionar. ¿Sobre qué bases? ¿Hacia dónde? ¿Cambiando cuántas cosas? ¿Dejando caer cuántos tópicos? Nada de nada. La explicación es mejorar la política de comunicación. Y a buen seguro que cambiar algunos nombres por otros de mayor confianza que no eficacia. Herramientas como supuestos instrumentos para ganar elecciones.

Pero el PSOE. La debacle es brutal. ¿Cómo puede Ximo Puig ponerse de perfil ante este fracaso? Al menos Rubalcaba ha sido valiente. Es el fin de un partido hegemónico en España. Y para cambiar se celebrará un congreso extraordinario que elegirá una dirección entre los suplentes. Ni una palabra de nuevas ideas, el fracaso del socialismo (es lo que fracasa, no las elecciones) o un cambio rotundo en la forma y el fondo de la política. Una renovación de caras, en función del peso en el aparato. Ahí está como nueva imagen la de Susana Diaz que fracasa en su política en Andalucía (paro, deuda, marginación, fracaso escolar…).

Como no hacen política están al albur de cualquier movimiento de la agenda. En el PPCV esta semana dejarán de estar reflexionar sobre el gran cambio y estarán pendientes de la sentencia de Rafael Blasco, por si embrolla más el asunto. Así no hay manera de hacer una reflexión política que permita iniciar un camino para ganar las autonómicas y municipales. Al final la apuesta se pretenderá ganar por el ciclo económico y gastando mucho dinero en comunicación. ¿Para eso están los partidos políticos?

 

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