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Liderando el cambio

Tras un fin de semana intenso el Partido Popular ha vuelto a marcar el tempo de la Regeneración política, con una Convención que ha dejado de lado la frialdad de los números, las estadísticas y los porcentajes, para centrarse en el debate de las ideas, de los principios y valores inherentes en ese espíritu reformista que nos caracteriza. Otros van dando lecciones, esculpiendo frases espúrias en el frontispicio de la Democracia sobre la nueva política, espoleados por una superioridad moral jaleada por sus profetas mediáticos envueltos en el manto de la demagogia, la misma que corrompe la política. Al final, los hechos confirman que todo es mera fachada, una cortina de humo que difumina sus verdaderas intenciones. Falsas primarias, control de los aparatos, eliminación del divergente, exaltación del líder y nepotismo como mejor ejemplo del mejor absolutismo ideológico que representa el neo-marxismo imperante.

La izquierda ha planteado una batalla ideológica y por ello, es más necesario que nunca reivindicar nuestra ideología política y confrontarla con la de aquellos que sólo viven de la estética. La ideología como elemento vertebrador de la política es importante, de ahí que nos centremos en desarmar la argumentación de los que nos quieren vender como novedoso un modelo, el socialista, para volver al Estado planificador y colectivista que anula al individuo. Frente a ello nosotros defendemos el espíritu liberal y humanista, la Libertad y el individuo frente a la masa.

Por eso es tan determinante plantear la batalla de las ideas. El Partido Popular no puede renunciar a liderar el verdadero cambio que la inmensa mayoría de ciudadanos demanda. La mayoría en su estricto sentido democrático, aquella surgida de la voluntad de las urnas que nada tiene que ver con esa «otra» mayoría que intentan colarnos. La mayoría «social», esa ficción populista que rompe el verdadero espíritu y sentido natural de la mayoría, puesto que lo que describe la mayoría social es en realidad una minoría. Pero una minoría investida de una superioridad moral que les delata, al buscar imponer su voluntad desde la lógica de que sus votos valen más que los de los demás. El manual del viejo socialismo ahora en formato punto cero.

Mientras la izquierda vive sumida en la zozobra del nuevo liderazgo ideológico del Socialismo del siglo XXI, el Partido Popular renueva su compromiso desde la centralidad de una formación política que busca liderar ese verdadero cambio de la sociedad española. Un cambio mucho más profundo y determinante que las meras conjuras estéticas de aquellos que buscan marcar la agenda desde el populismo asambleario, ese raído abrigo ideológico que sucumbió bajo los cascotes del Muro de Berlín. La sociedad ha demandado romper con el inmovilismo y la partitocracia, quiere ser protagonista y no mera comparsa del juego del poder. Un juego que la izquierda maneja muy bien renovando sus viejos totems en un terreno político perfectamnte abonado por una crisis despiadada que ellos mismos provocaron.

Una actitud, una reflexión y un compromiso de personas comprometidas con la Política, de gente normal que busca recuperar esa confianza perdida, ese desengaño latente de la sociedad con aquellos que les representan. Un reto apasionante para aquellos que vivimos la Política desde esa vocación de servicio a una sociedad cada vez más compleja, que necesita ejemplaridad y valentía para afrontar los nuevos desafíos que los tiempos nos deparan, desde la convicción en nuestras posibilidades para poder superarlos, juntos.

Son nuevos tiempos que requieren nuevos planteamientos. Las dificultades y los sacrificios nos han hecho más fuertes y desde el Partido Popular queremos afrontar con coraje y decisión, con ilusión y esperanza, esta nueva etapa de regeneración que queremos liderar, para seguir trabajando por el Futuro de España.

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