Llengua Valenciana

La lengua se hace al hablar, de la misma manera que el camino al andar como escribió el poeta y se cantó posteriormente. La lengua, en esencia, es un medio de comunicación, quizás el más perfecto pero, al fin y a la postre, uno más, transformado en arte con la poesía, mientras que la prosa lo consigue cuando más se aproxima a la misma. Es, también, un signo de identidad.

Sin embargo, en Valencia se ha convertido en un grave problema que ha conducido a la división social y al constante enfrentamiento. Su utilización con fines políticos ha sido la causa. En su nombre y con su justificación se pretende construir una artificial y nueva entidad política, carente de bases históricas, jurídicas, sociales y culturales, violentándola además al pretender cambiar su histórico nombre y sustituir su léxico, sintaxis, prosodia y ortografía. El desprecio hacia el intento ha sido masivo y generalizado, la oposición intelectual al mismo encarnizada.

Las lenguas no nacen de la noche a la mañana, por generación espontánea como creyeron algunos biólogos con relación a los seres vivos; ni tampoco nacen constituidas plenamente, sino que se organizan y estructuran paulatinamente. Su origen, sin duda, es prehistórico.

Tampoco mueren de repente, por muerte súbita, suele ser una agonía prolongada durante siglos, el latín es un ejemplo inmediato, aunque en este caso se debe hablar más bien de evolución porque fue derivando hacia las diversas lenguas románicas hoy bien vivas como el castellano o español, el valenciano, el gallego-portugués y el catalán por citar de la Península Ibérica.

Algunos creen que la actual lengua o idioma valenciano derivó del catalán, es decir que en el origen fue catalán importado tras la conquista de Jaume I, otros lo niegan y, en este rifirrafe estamos todavía enzarzados al modo como los conejos discutían sobre la raza de los perros que les perseguían.

Una tercera opción fue la del Dr. Galmés de Fuentes, eminente filólogo y lingüista, Académico de la Real Academia Española, quien, aún admitiendo su derivación catalana, al no compartir las tesis del Dr. Penyarroja, reconocía sin duda ninguna que, tras tantos años de evolución autóctona y después de tan brillante Siglo de Oro de la Lengua y Literatura Valencianas, su diferenciación era tan profunda, notable y evidente que se debía considerar como lengua propia, sin admitir lo de dialecto y que, añadía, los valencianos tenían todo el derecho del mundo a normativizarla y codificarla como les viniera en gana, sin admitir ingerencias externas de ningún tipo.

La última opción es la del Catedrático de Filología Griega y Latina de la Facultad de Filología de la Universidad de Valencia, Dr. Xaverio Ballester, que desde su profundo conocimiento de la Lengua Ibérica, la primera lengua conocida del Pueblo Valenciano, investiga los orígenes de la Lengua Valenciana, que no los encuentra en el catalán por supuesto, tal y como se verá en el libro que se publicará en breve en la Serie de Lenguas y Epigrafía Antigua de la Sección de Estudios Ibéricos de la Real Academia de Cultura Valenciana.

Sin embargo, el ‘flirteo’ de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), cuando no sumisión, con la lengua catalana, sus misioneros introductores y los organismos extranjeros a lo valenciano que la propagan con ansias de sustitución, tiene preocupados a muchos valencianos, irritados a otros y soliviantados al resto. La pregunta que hacen todos es ¿qué podemos hacer?

Nuestra respuesta es resistir, pero resistencia activa, que no quiere decir violenta, sino firme, permanente y eficiente y esto se conseguirá empleando constantemente la lengua materna, la de toda la vida, la de la abuela que, como la cocina, es la mejor. Junto a la nacional española, la de la patria hispana, también materna para todos, bilingüismo que nos enriquece y nos identifica.

En el Atlas de las Lenguas y las Naciones de Europa, escribe su autor, Gelu Marín, en cántabro, lo siguiente: Ena mi casa deprendí a icir pápa y máma. Dimpués ena isquela deprendí a icir papá y mamá, qu´asina era la jorma «verdaera». Col tiempo renegé de la lingua, del trebaju, de la mi cultura, de tou aquellu quáunimi cola tierra, col mi país.

El tiempu trijo mijoris airis y espencé a sinti l´argullu pola muestra lingua, pol muestru trebaju, pola muestra cultura. Abora argullézomi désta tierra, désti pais… Si no eris pa ver cumu s´estorrega la muestra cultura, arrisisti y parla derréu ena muestra lingua.
Be, mosatros, seguint el eixemple, anem a fer lo mateix, parlar i escriurer, diariament, junt al español, tot lo que pugam en Llengua Valenciana, sense por a pegar espardenyaes, a que diguen u pensen que no parlem el ‘infecte dialecte barceloni’ (Batllori dixit) que volen impondrer els ‘cultistes’ pancatalanistes desde l´AVL.

Primera regla: emplear sempre el lo neutre, lo que dic, lo que faré, lo nostre, lo camp. Es totalment valencia, desconegut en catala, prohibit p´el Institut d´Estudis Catalanas y per l´AVL.

Segona: sempre ab u en, mai amb.

Tercera: sempre agüelo, agüela, mai avi.

Cuarta: sempre desenrollar, mai desenvolupar.

I aixina sempre i en tot. Veja lo que mos diferencia i agarrelo.

Resistir, resistir i no pasaran. ¿Lo farem?

Ya vorem.

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