Los candidatos y las listas

Contestando a los rumores que apuntaban en otra dirección, Serafín Castellano, secretario general del PP de la Comunitat Valenciana (PPCV), ha asegurado esta misma semana que no existe la más mínima duda de que Alberto Fabra será el candidato del PP a la Generalitat Valenciana en las elecciones de mayo de 2015, pese a las puyas que su homólogo de Extremadura, Fernando Manzano, lanzó contra éste al afirmar que el presidente extremeño, José Antonio Monago, «sí conoce a sus votantes», ya que «fue candidato, se presentó a las elecciones y las ganó», no como Fabra, que «no ha sido candidato nunca ni se ha presentado a unas elecciones”.

Por su parte, no parece nada claro que el próximo candidato del PSPV vaya a ser su actual secretario general, Ximo Puig, pues nada más conocerse que las elecciones primarias serán el próximo 9 de marzo, ya eran dos los contrincantes con los que tendrá que lidiar el actual líder de los socialistas (país)valencianos: el incansable Francesc Romeu, y el diputado provincial y alcalde de Faura, Toni Gaspar. Todos ellos deberán reunir los avales necesarios para poder pelear por el trono.

Tampoco Compromís escapa de las luchas internas, que vienen enfrentando a los partidarios de sus dos cabezas visibles, Enric Morera y Mónica Oltra. Y en EUPV, mientras su coordinadora general, Marga Sanz, no aclara si se presentará o no a la Generalitat Valenciana, el portavoz adjunto en las Corts, Ignaci Blanco, ya ha manifestado que desea postularse como candidato, para disgusto de la primera.

Y si esto pasa con los candidatos, las últimas encuestas revelan que aquéllos que pretendan estar en las listas de los dos grandes partidos (entiéndase, PPCV y PSPV) deberán librar auténticas batallas internas y ganarse el favor de quienes tienen el poder de decidir, pues la clara tendencia es la de pérdida de asientos en las Corts. Así, según la última encuesta encargada por los socialistas (de la que el President Fabra ha dicho que “tiene más cocina que Masterchef”, pero a la que yo daría cierta credibilidad), los populares podrían perder hasta veintiún diputados, mientras que el PSPV obtendría los peores resultados de su historia, pudiendo quedarse con tan sólo veintinueve escaños. Todo ello aprovechado por Compromís, EUPV y UPyD, que podría llegar a sacar hasta siete diputados.

Y es que con un Partido Popular que sufre el desgaste de los numerosos casos de corrupción en los que varios de sus dirigentes, actuales y pasados, como Sonia Castedo o Rafael Blasco, son los protagonistas, y un Partido Socialista que tiene que mendigar a sus militantes para que no abandonen el barco y paguen sus cuotas, en una desastrosa estrategia para frenar la sangría de pérdida de afiliados y simpatizantes, sólo los más “listos” serán capaces de encontrar hueco. Ya saben, esos que no preguntan por qué hacen lo que se les dice que hagan, sino que preguntan qué me darás a cambio de hacerlo.

Y mientras se empieza a vislumbrar lo que podría ocurrir en las próximas elecciones, ninguna fuerza valencianista aparece en las encuestas. Ni están ni se les espera. Es hora de hacer autocrítica.

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