No parece muy inteligente por parte del PP segarse la hierba bajo los pies y hacerse el harakiri. Las encuestas, en nuestra Comunidad, aún les permiten respirar aunque de manera asistida.
Seguirían siendo la fuerza más votada, aunque la suma de Podemos, PSPV, EU y Compromis les podrían arrebatar el Gobierno de la Generalitat.
Tanto PP como PSPV se desangran a chorros con la barbaridad de procesos en marcha y nuevas revelaciones, por un lado, o por la lamentable oposición desarrollada, por otro.
Que Ciudadanos puede ser fuerza decisiva hoy nadie lo discute. Que los planteamientos ideológicos son próximos al PP, tampoco. Que se viene calificando a Ciudadanos como “marca blanca” del PP, es una realidad.
Votantes del PP, en plena desbandada, ante la posibilidad de un cuatripartito o del caos que nos puede traer el aventurismo denunciado por Font de Mora en los desayunos del Astoria (“Nueva Economía Forum”) de la “casta comunista”, tienen la opción ética de trasvasar su voto a Ciudadanos sabiendo que será útil. No sirve irse a la playa o a la montaña.
Nos jugamos mucho en las municipales. Mucho más en las autonómicas. El abstencionismo es suicida y el voto blanco no vale para nada.
Por cierto, la conferencia de Alejandro Font de Mora, ayer día 28, fue la más brillante, más lúcida y la de mayor contenido que se ha desarrollado en los últimos tiempos en “Forum Europa Tribuna Mediterránea”.
Un humanista integral dentro de la política no es lo habitual en estos momentos.
Procedente de CDS de Suárez, ilustrado y de talante abierto y negocidor, necesitamos que siga en la Cortes Valencianas. Soy adicto a la esperanza y a Alejandro Font de Mora.
Volviendo al tema que nos ocupa: el PP necesita imperiosamente – después de las elecciones – contar con Ciudadanos. Y Ciudadanos con un PP limpio, reconstruido y con nueva savia.
No se puede – Rita se equivoca – provocar, ningunear y despreciar a quienes desde Barcelona, en origen, pretenden limpiar España entera. Muchos esperaban esta opción.
Muchos esperamos que entre los unos y los otros consigan la mayoría suficiente para, con una regeneración segura, impedir que las hordas nos muerdan.
El PP no debe caer en el error de romper puentes con quienes hoy están levantándolos a favor del estado de derecho y del andamiaje constitucional.