William Vansteenberghe, Experto en Inmigración. Aquarius, el frio cortante de las olas

Malvenido Míster Marshall

Resulta duro seguir cavando en esta fosa de sinsentidos, que resulta ser la gestión de la llegada de centenares de miles de refugiados a todas las costas de Europa, fundamentalmente por el Mediterráneo, en un éxodo sin fin de personas, que no quieren malgastar su única vida soportando una guerra que han puesto en marcha  intereses creados en ambos bandos, y la locura económica y religiosa en cada parte.

La prensa española sigue pecando de una falta de sutileza absoluta, a la hora de titular un artículo en el diario el País, del martes 7 de Junio: “La Unión Europea aprueba un Plan Marshall contra los refugiados”.

No es que el titular sea falso, que no lo es, pero con lo que está cayendo en contra de inmigrantes y refugiados no se me antoja el mejor de los reclamos para la integración, en una población cansada de oír hablar de muertes por ahogamiento, y en la cual dudo mucho que cualquier foto de niño arribado a la costa hiciera ya mella alguna. Eso mismo es lo que debe movernos a seguir en la trinchera,  ya que todo esto ha durado demasiado.

Muchos de jóvenes, creíamos que los mayores no se equivocaban, sino que los problemas eran tan grandes  que les superaban por peso y envergadura. Nos equivocábamos, los problemas si son tan grandes, pero los que los gestionan son ignorantes. Todas las soluciones que se han ido tomando han sido una colección de desaciertos uno tras otro, y eso solo quiere decir una cosa, no decide una sola persona, ni ponen en marcha las soluciones a través de una sola vía, en definitiva para los problemas inmediatos la Unión Europea no existe y es cada país el que dicta su Ley.

Hemos visto que de momento la Unión se ha partido en dos, los que saben que deben cumplir, pero ya no se atreven a hacerlo, y los que jamás han tenido la intención de hacerlo. En ambos casos la acción entierra su hacer o no hacer en la misma región, el miedo. Pero a efectos prácticos, Europa se había partido en dos y después se ha vuelto a unificar en el rechazo a los refugiados

Resulta curioso que el Reino (des) Unido quiera salir de la Unión, ya que no existe, salvo quizás en temas económicos, al no poder imponer nada de nada a las Naciones, las cuales están saliendo reforzadas, tras una larga travesía en el desierto. Su debilidad ha llegado a tal extremo que en asuntos cruciales y tras decisiones tomadas, nadie le obedezca, lo que no deja de ser normal, si la propia Unión no cumple sus propias obligaciones, de momento de los fondos ya destinados a África para resolver las crisis humanitarias y reducir la necesidad imperiosa de salir a la carretera de miles de almas, la Unión solo ha liberado el 4 %, la cifra es indicativa del interés.

El artículo del diario español,  recoge el deseo de la Unión Europeo de abrir un nuevo frente de inversión destinados a los países que rodean el conflicto o conflictos cuando sumamos Libia, con el fin último de acoger-retener-aprisionar  a los inmigrantes, que no refugiados ya que la UE no tiene derecho a hacer eso, lo que demuestra a que punto somos cínicos, fomentando el desarrollo de Nigeria, Libia, Egipto, Marruecos, algún que otro antiguo Kanato, y claro está, la gran Turquía del señor Erdogán.

Es decir que lo que se pretende es crear un Limes sanitario alrededor de Europa a base del dinero que nunca fuimos capaces de dar cuando era tan necesario, o tampoco somos capaces de dar al vientre débil de Europa, o sea al Sur, para poder salir más deprisa de la crisis.

Pero ahora queremos dejar fuera a 3 Millones de personas en condiciones tan malas como los habitantes de estos países o peores, sin ningún tipo de control efectivo, ya que no somos capaces ni siquiera de saber dónde va el dinero europeo en  nuestro propio continente, y además, ¿lo llamamos Plan Marshall?

El Plan Marshall favoreció a todos los países europeos que sufrieron los efectos de la Segunda Guerra Mundial, en especial los países perdedores, -aún se recuerda en los países aliados el sonsonete, tras el paso de los años, y la mejoría de las economías de los países vencidos: “Parecen que sean ellos los que vencieron en la guerra”, en boca de los antiguos soldados vencedores-. Todo ello para evitar los desastres vengativos de los aliados contra los vencidos, tras la Primera Guerra Mundial, y que produjo tal estado de caos, que permitió el alzamiento del nazismo en Alemania.

Los americanos comprendieron que cuanto antes  se reconstruyese Europa, antes se eliminaría  la posibilidad del nacimiento de extremísimos tanto a izquierda como a derecha, además de fomentar el comercio y la igualdad entre los distintos pueblos, fuesen vencidos o vencedores.

Con los refugiados pretendemos mezclar las dos situaciones, o sea el palo y la zanahoria. Hemos levantando muros, nos hemos desecho de nuestras obligaciones internacionales, nos hemos inhibido cuando habría sido el momento de poner en marcha políticas de ayuda al desarrollo y codesarrollo serias,- España dedicaba en los mejores momentos económicos,  el 0’75 del PIB, y eso sobre el papel-, y sobre todo nos hemos olvidado que un país con inmigración se enriquece.

Vergüenza ajena siento por este Plan Marshall, que ensucia la memoria del primero que a pesar de los intereses que nos ligaron a los EEUU, reconstruyó Europa, para que los supervivientes tuvieran la posibilidad de sacar provecho   a su vida, y ello en tiempo real, no en paraísos inventados durante un golpe de calor en Samaria.

Hoy este Plan, fomenta la fractura y el aislamiento no solo de los refugiados sino de los países que se vayan a acoger a este sistema de regulación de flujos, que en ciertos casos, como en países desérticos será completamente inútil. Es que, hasta el Imperio romano fue menos timorato que nosotros, gestionó todo el Norte de África, sin considerar que aquello era una parte segunda o tercera de su Imperio, era romano y punto.

No fomento el retorno de Europa como conquistadora, por muchos motivos y  pacifistas todos, pero es que aunque quisiera no podría, ya que no es capaz de regularse a sí misma.

En un pequeño artículo relacionado con el dedicado al Plan Marshall, se entrevista al Señor Peter Sutherland, Secretario General de la ONU para las migraciones, antiguo Comisario europeo de Competencia., como todos sabemos un tema muy relacionado con los flujos migratorios ( cinismo), y de una edad adecuada para ello ya que habrá vivido todas las de siglo anterior, 70 años.

Eso quizás demuestre el gran interés que suscita las migraciones en los foros internacionales, y el miedo que algunas personas beligerantes empiecen a romper el guion ya escrito de antemano.

La visión del Sr. Sutherland, entronca con la visión empresarial de las migraciones, defiende, y con razón, que los países que reciben migración , se enriquecen, y sacan un mayor provecho de lo producido por esta población, que lo que invierte en ella, de hecho critica de forma muy especial a nuestro país que invierte poco o casi nada en su población inmigrante,  y viendo como el PP y Ciudadanos quieren retirar de forma unilateral los cuidados sanitarios a parte de esta población, solo se le puede dar la razón.

Pero una vez más se centra casi únicamente en el valor añadido del ser humano, lo que produce, que es lo que llevó a la ruina el deseo de hacer llegar migrantes a las costa europeas hace 10 años en el seno de un invento neoliberal llamado Globalización. Menos mal que la maquinaria estaba bien rodada y cumplió, durante 10 años, lo que defiende el Secretario General, Inmigración = riqueza.

Pero la avaricia rompió el saco y nos hundimos en la recesión inducida por la especulación y el derroche de dinero sin control ni coordinación. ¿Dónde estaba Bruselas? para decirle a los gobiernos españoles de turno, que pistas de aterrizajes hacia la nada, o Palacios de Deportes, o pirámides faraónicas no era lo que necesitaba el pueblo español.

Per o las empresas, que fueron los que estimularon la Globalización y con ello la llegada de mano barata, además de enriquecerse de forma poco cabal, se inhibieron de su obligación impositiva para favorecer la integración de estos nuevos trabajadores, en términos de costo, y la Unión careció de iniciativa para imponer un Plan de Integración Unificado  a sus miembros. No solo eso, sino que se fracturó en dos, entre los países receptores de esta nueva inmigración, y los que no se veían afectados por ella. La primera fractura Norte- Sur, que desde entonces se ha implementado con la de Norte-Este.

La culpa  no es de los inmigrantes, o ahora de los refugiados, sino de nuestra incapacidad de saber integrar, de la incapacidad de Bruselas de imponer políticas coherentes, de la falta de coordinación, resultado de decenios de postergamientos de la creación de instrumentos que se impusiesen a las dinámicas internas de cada país.

El Secretario acusa a las Naciones de haber sido la causa del fracaso de la integración y de las políticas de recepción de inmigrantes y refugiados, tiene razón, pero ¿quién no puso las herramientas para imponer un Plan común que existe?, ¿quién no supo, cómo en el caso de la crisis financiera, reaccionar a tiempo?, ¿quién dejó a ciertos países imponer su egoísmo y su cortedad de miras? , Bruselas.

Ahora países ribereños con los países en crisis, se van  a enriquecer a través de la recepción de personas que lo han perdido todo, y serán castigados si no lo hacen, no lo serán  si los tratan mal, o  no crean las condiciones apropiadas para la recepción de estas personas, lo serán si no las retienen. ¿Cuánto tiempo tardará algún gobernante listo en producir guerras entre terceros para producir un éxodo masivo hacia Europa y luego proponerse como aparcamiento para los refugiados?

No supimos entrar en el mundo ya que lo saqueamos, no supimos retirarnos de él a tiempo, de ahí las guerras de descolonización, no supimos unirnos en paz, de ahí dos guerras mundiales,  y ahora pagamos para quedarnos viejos y solos, en el nombre del Sr Marshall, ¿Alguien conoce algún continente que lo haya hecho peor?

Artículo de colaboración de William Vansteenberghe

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