Mare Nostrum, Un mundo difuso para una agricultura en riesgo

MARE NOSTRUM. El espectáculo por la Izquierda

Si no fuera porque la Política para algunos es cosa seria y aquello del bien común y el espíritu de servicio tiene un valor mas allá de las propias palabras, el lamentable espectáculo al que estamos asistiendo en plena canícula por parte de los meritorios de esta Izquierda desatada, seria propio de un folletín veraniego. Tras la galerna política del 24-M que desarboló a la potente armada popular, mas por deméritos propios que por los méritos de aquellos, la densa neblina con la que cubrieron su acción política en una estudiada estrategia de liquidación política, del adversario, está dejando al descubierto el vacuo ardid de esta izquierda que padecemos.

La niebla se levanta, y ni los potentes altavoces mediáticos encargados de cubrir con cortinas de humo que desorienten a la sociedad para proteger su proyecto político, pueden ocultar lo que muchos saben y otros tantos callan. La Izquierda vive de la demagogia, un parásito de la democracia que vive de las medias verdades, del acoso y derribo al contrario al precio que sea, de la tergiversación y la pancarta, del titular fácil, categorizando como lo normal lo que no dejan de ser meras anécdotas, generando una ceremonia de la confusión en la que ellos se mueven como peces en el agua. Pero la niebla se levanta y el ciudadano vuelve a la realidad y descubre que todo aquello con lo que le habían bombardeado desaparece. Y no se trata de no dar los cien días de gracia, no. Esto es mucho más serio, porque pone en evidencia el engaño al que han sometido a muchas voluntades con sus proclamas salvíficas.

La izquierda no sabe gestionar, lo ha demostrado una y otra vez allí donde ha gobernado. Ellos ejercen el poder, que es diferente. Y los ejemplos a lo largo y ancho de nuestra geografía son evidentes. Crea cortinas de humo generando debates como la guerra del agua, la enseñanza concertada, la prohibición de tradiciones y símbolos, el pancatalanismo, la judicialización de la Política,etc, para ir sometiendo en nombre del progresismo a una sociedad que les ríe las gracias, aunque luego se lamenta.

El ciudadano, el mismo al que se aclaman una y otra vez, queda anulado por el adoctrinamiento y sometimiento a la ideología. Ellos piensan por ti, te dirán que tienes que hacer y que no, como debes vivir en definitiva. La poderosa maquinaria burocrática, la quintaesencia del pensamiento progresista fagocita a la sociedad sometiéndola al pensamiento único. Sólo existe una verdad, y es la suya. Todo lo demás queda anulado. El neomarxismo revestido con el seudónimo del Socialismo del Siglo XXI ha llegado y ha venido para quedarse.

Por eso es tan importante que la sociedad reaccione. Del mismo modo que reaccionó ante la corrupción, solo de unos ya que las de otros se callan y diluyen con el fácil “todos son iguales”; o ante la crisis que antes obviaban obnubilados por el ZPSOE; o la que se revolvió alentada por un falso espíritu asambleario y libertario en busca de culpables, y solo encontró a unos, a los otros se les disculpa todo, gracias a ese eficaz adoctrinamiento letal que tanto daño nos ha hecho desde sus poderosos maquinaria mediática. Solo tiene que reaccionar del mismo modo, aplicando la misma vara de medir ante el más burdo engaño cometido en nombre de la Santa Inquisición Ideológica. La niebla se levanta y con ella, todas las emergencias sociales, todos los problemas denunciados, toda las falsas expectativas generadas porque nada era verdad. Habían generado un ambiente de crispación social, de alarma social que al final ha quedado en nada. Sus agendas les delatan por lo vacío de sus contenidos.

Que tenemos problemas, pues claro y ¿quien no? con la que nos dejaron liada tras su espantada en 2011. La diferencia es que el PP llegó al poder tras un llamamiento masivo de los españoles para sacarnos del agujero en el que nos habían metido las políticas de la Izquierda. Y gestionamos la crisis. Y esa gestión, dura y exigente ha hecho que este país se levante otra vez. Lo hemos dicho una y mil veces, y hay que repetirlo. La Agenda Reformista que relegó en un principio nuestro programa electoral nos ha permitido que ahora afrontemos con solvencia la salida de la crisis. Y lo hemos conseguido entre todos.

Ahora, los que tienen también responsabilidades de gobierno se ven prisioneros de sus propias contradicciones. El poder hay que gestionarlo, no en beneficio del Partido ni de la Ideología, eso se quedó bajo los cascotes del Muro. No nos dejemos engañar por falsas cortinas de humo y que cada uno asuma su propia responsabilidad. Que los muchos ejemplos que nos están dando los salvapatrias de turno, nos hagan reflexionar sobre el verdadero valor de la Política y no caer en el sumo poder de la ideología.

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