Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

MARE NOSTRUM: Ilusión, el antídoto contra la desafección

MARE NOSTRUM:  Ilusión, el antídoto contra la desafección. Artículo de opinión de Juan Vicente Pérez Aras. 

La cuenta atrás sigue de forma inexorable. Tan solo ya 34 días para la nueva cita electoral. Con las candidaturas ya definidas, ahora viene la parte más importante. La de generar un relato que ilusione a la ciudadanía, un relato que asuma las inquietudes y las incertidumbres para transformarlas en certezas y esperanzas. Tan fácil de decir y tan difícil de implementar. Los nombres, las caras de todos aquellos que formamos parte de esas candidaturas deben asumir esa responsabilidad de trasladar a los electores con claridad y concisión las bondades de su proyecto.

Mientras los muestreos demoscópicos van descubriendo los posibles escenarios, a partir de un repunte de la abstención. Ahí estará el verdadero reto y donde se centrarán los mayores esfuerzos para romper esa tendencia y concienciar a los ciudadanos de que el futuro de los próximos años de España se merece ese esfuerzo individual de superar los innegables atractivos de un domingo estival.

Por eso es tan importante generar un relato que rompa la desafección ciudadana y vuelva a ilusionar a un electorado falto de referentes. Referentes claros y sencillos, del día a día, esos que llenan nuestras casas, nuestras calles y plazas, no la agenda marcada por los arúspices de la teledemocracia. Cosas sencillas, esas que afectan a nuestras biografías más allá de la interesada y cansina influencia de un clima político enrarecido hasta la crispación. La sociedad demanda y necesita estabilidad, experiencia, seguridad, certidumbre, defensa del interés general y liderazgo. Cuestiones todas que hoy quedan relegadas por la estrategia de algunos en ese juego del todo vale contra el Partido Popular.

Allá aquellos que sigan buscando sacar rédito político a cualquier precio, criminalizando toda la actividad política en un cínico juego de doble moral. Estamos en un momento de cambios necesarios, no de revoluciones. Y seguir con esa estrategia puede volverse en su contra, generando un hastío que ya empieza a notarse en una ciudadanía saturada por la presión mediática.

Nosotros, desde el Partido Popular debemos aprovechar esta nueva cita como una oportunidad. Oportunidad de generar esa ilusión que tanto necesita una sociedad que se ha vaciado en estos años para ganar la batalla a la crisis que las Políticas de la Izquierda agudizó. Oportunidad para generar ilusión en unos ciudadanos que empiezan a percibir que la recuperación es ya un hecho y hay que apuntalarla. Oportunidad para generar un relato ilusionante desde ese valencianismo político huérfano de referentes desde hace décadas y que tanto necesita esta tierra.

El partido Popular debe articular un discurso diferenciado que verdaderamente asuma ese sentir mayoritario del pueblo valenciano. Demasiados años de sumisión fácil, de relegar a esta tierra siempre al furgón de cola ante el silencio de todos. Una debilidad y una amenaza que solo con algunas embestidas puntuales, a golpe de titular, no escenificaban la fortaleza de una clase política unida y una sociedad civil apuntalando un verdadero proyecto de Comunitat. Los intereses partidistas de unos y los individuales de los otros, siempre han primado por encima de ese espíritu colectivo que sí vemos en otros territorios. Quizá sea parte de nuestra impronta valenciana, de ese peaje por disfrutar de esta tierra privilegiada, pero no puede ser óbice para relegar siempre nuestros intereses, supeditándolos siempre al valor residual de la “legítima”.

Somos líderes, por trabajo, por compromiso, por esfuerzo, por justicia. Nadie nos ha regalado nunca nada. De ahí el valor que damos a los frutos recogidos con nuestro esfuerzo. Un esfuerzo que debemos ahora redoblar para asumir esa responsabilidad de ser la locomotora de España. Especialmente cuando las Reformas puestas en marcha por el Partido Popular ante la emergencia nacional en 2011, están demostrando que sabemos aprovechar las coyunturas favorables en los momentos de mayor dificultad.

Por eso debemos articular una nueva estrategia valenciana, desde lo político, lo social, cultural y económico. Nuestra historia y tradiciones son nuestras, y eso no nos lo pueden quitar por mucho empeño que pongan algunos en reescribirlas. Pero en este mundo globalizado y competitivo, no podemos quedarnos atrás. Nuestros sectores productivos no pueden ser monedas de cambio una y otra vez al albur del juego político. Nuestra Agricultura no puede seguir recogiendo las migajas de acuerdos que siempre favorecen a los mismos. Nuestras infraestructuras que apuntalan la riqueza nacional no pueden depender de inversiones que se dilatan en el tiempo, sin ninguna justificación técnica ni económica. Nuestra financiación la hemos conseguido meter ya en la Agenda política, pero sigue zarandeada por los intereses políticos. desafección, desafección

Es necesario construir un nuevo proyecto colectivo que aglutine todo aquello que define nuestra impronta mediterránea. Desde el Partido Popular no podemos tener otro objetivo que articular ese relato que venga a despertar el sentimiento que subyace en la epidermis de esta tierra. Porque la sociedad exige ejemplaridad y compromisos, está harta de las cortinas de humo y de los discursos vacios y recurrentes. La desafección también viene de ahí. De sentirse utilizada una y otra vez por la Política, Por eso necesita y exige recobrar su protagonismo. Necesita representantes que asuman ese reto. Que de nuestras fortalezas nos lancen en pos de nuevas oportunidades, que minimicen nuestras amenazas y debilidades. Debemos asumir ese papel vertebrador en esta tierra de provisión. Debemos recuperar el liderazgo intelectual para articular ese discurso que todos están esperando. Somos conscientes de los errores cometidos. De ellos se aprende.

La sociedad busca dirimir su veredicto una vez desmontado ese artificio de la «nueva» Política. Y debemos presentarnos conscientes del momento histórico que vivimos para apuntalar esa sociedad que necesita volver a ilusionarse como el mejor antídoto contra la desafección. Por eso #AhoraMásQueNunca defendamos lo nuestro y así garantizaremos lo de todos.  desafección

 

 

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