Jesús Montesinos

Montoro: ¡Una limosnita por favor!!

El Consejo Económico y Social era un ente extraño que en tiempos del franquismo elevaba a los gobernantes las reivindicaciones provinciales en nombre de empresarios y trabajadores. El ministro de turno venía a Valencia y aseguraba que la carretera, el pantano o el tren serían bien acogidos por el Caudillo, siempre pendiente de la entonces Región Valenciana.

Durante ese año o los siguientes se hacía un trozo de pantano, unos kilómetros de carretera y hasta un tramo del puerto. Pero cada año, inasequibles al desaliento, el CES volvía a presentar el mismo tomo de dos kilos al ministro de Franco. Y eso generó una cultura política y empresarial que se escenifica en almuerzo y visitas como la de Cristobal Montoro a Valencia.

Por una parte las reivindicaciones siempre son obras públicas, carreteras, pantanos, puertos, trenes, etc., de manera que los empresarios de este ramo (en este caso FECOVAL, AVE y parte de CIERVAl, CEV y Cámaras), convertidos en lobby, intentan conseguir una cuota de los presupuestos del Estado para su negocio. Por supuesto la excusa es que estas obras generan empleo (no solo negocio), aunque a estas alturas cualquier economista te habla de la burbuja que provoca la obra pública en la estructura laboral de cualquier país.

Y por la otra se ha asentado en la opinión pública (hay mucha publicidad alrededor de la obra pública) que hay siempre un agravio comparativo con las carreteras, calles y pantanos del pueblo de al lado. La cuestión no es lo que hace falta, sino que hay que tener de todo. Y como FECOVAL y compañía controlan bien la cosa mediática/publicitaria pues ya tenemos el argumento encima de la mesa todos los días del año. ¡Hay que hacer una carretera de cuatro vías hasta el pico de Aitana!.

La cúpula de las organizaciones empresariales le ha pedido a Montoro ese objetivo 10/10/10 que son los mismos que hace diez años. Pero hay que pedir inversión pública porque para eso están y pagan sus cuotas y tienen que hacer negocio. Nada de hablar de la energía, la formación de los trabajadores en unas universidades arcaicas, tubos enormes de fibra óptica o financiación para la innovación. Nada: asfalto, ladrillo y vías de tren, que es donde está el negocio.

Por supuesto también le piden a Montoro mejor financiación autonómica para la Comunidad, para así pedirle a Moragues que invierta más en asfalto, ladrillos y vías. ¡Faltaría más! ¡No han cambiado el discurso desde los tiempos del CES!!! ¿No podían los cerebros de AVE plantearse sus reivindicaciones en función de las tendencias económicas y productivas de los próximos años? ¿O establecer prioridades, privatizaciones, etc., en función del dinero público disponible? Y eso que Rafael Benavent, que ante Montoro lideraba AVE por una extraña ausencia de Vicente Boluda, le ha dicho de vez en cuando al ministro Soria unas cuantas verdades más allá del asfalto.

Pero con ser grave lo importante es que desde el debate montado por el PPCV el sábado por la mañana hasta el almuerzo de Cristobal Montoro con la cúpula empresarial (no confundir con los empresarios) es una falta de respeto a la Generalitat. Una falta de respeto por parte de los actores valencianos, por parte del PPCV y por parte del representante del Gobierno. Un error estratégico que arrastramos desde los tiempos de Albiñana/Monsonís/Lerma. ¿No es el presidente de la Generalitat el representante del Estado en la Comunidad Valenciana? ¿A santo de qué siempre hay que ir mendigando a Madrid? No he visto esa cantidad de pedigüeños en Galicia, Andalucía o Castilla-La Mancha ¡Y para qué hablar de Catalunya!!.

La Generalitat debe tener la fuerza suficiente para ejercer su poder ante el gobierno central. Y nunca la ha tenido, ni en los tiempos de Joan Lerma ni en los del Poder Valenciano del que alardeaba Eduardo Zaplana. Y puede ser que no la tenga porque al líder actual, Alberto Fabra, no lo valoran en Madrid. Pero a dotar de fuerza la institución debe contribuir esa nómina de empresarios que ayer mendigaban ante Montoro. A darle fuerza y representatividad al presidente de la Generalitat, sea cuál sea su color. Y por supuesto, cualquier ministro encantando de puentear al Presidente de la Generalitat. Con 150 millones y unas excusas todo arreglado. ¡Somos blanditos!!.

El tópico de la marginación empieza por nosotros mismos. ¿Cómo puede hablar Ximo Puig de que Rajoy/PP margina la Comunidad Valenciana? ¡Coño! ¡¡Si la financiación autonómica tan denigrante que tenemos la montó Zapatero!! Aunque tal como están las cosas seguro que mañana mismo la lista de peticiones que le han presentado Benavent, Morata, González y alguno más a Montoro se la presentarán también a Pedro Sánchez e incluso a Pablo Iglesias. La cuestión es mendigar en lugar de dotar de autoridad moral a la institución valenciana. ¡Debe ser que eso de ofrendar imprime carácter!!!.

Jesús Montesinos

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