Enrique Arias Vega, colaborador en Valencia News. Más fácil protestar que hacer

Multiplicar el dinero por diez

A diferencia de usted y de mí, que seguramente somos unos venidos a menos, Jordi Pujol Ferrusola, hijo del Molt Honorable, ha multiplicado el patrimonio familiar por diez en los últimos veinte años.

Es que hay gente a la que no arredra la crisis y siempre cae de pie: tanto, que habla de millones de euros con la misma soltura que otros hablamos del precio de un cafelito. ¿Cómo se explica que, cuando la mayoría de la gente vive peor que antes, una familia de clase media como los Pujol hayan almacenado millones de euros como por un tubo, con desconocimiento de sus allegados, de Cristóbal Montoro y hasta de los reiterados votantes autonómicos del cabeza de familia?.

Simplemente —al margen de lo que diga la Justicia, si se digna decir algo—, porque quedarse con el dinero ajeno en este país sólo está penado si se roba en un supermercado y no si se usa arteramente el apellido familiar, se vive de sobornos, se utilizan influencias, se llevan comisiones,…

Eso no solamente nunca ha estado mal visto, sino que se ha presumido de ello. Véase, si no, la desenvoltura con que han operado durante años los beneficiarios de las tarjetas black de Caja Madrid: para ellos, llevarse decenas de miles de euros por la cara, sin justificación, sin recibos, sin pagar impuestos,… ha sido, en vez de algo infamante, motivo de orgullo y de ostentación de un estatus social superior.

Por lo mismo, si en lugar de unos caraduras, los Pujol Ferrusola hubiesen sido unos avispados y laboriosos hombres de negocios, habrían podido crear empresas, industrias, puestos de trabajo,… que hubiesen justificado sus ganancias.

Pero eso, en este país de pícaros, habría resultado una utopía socialmente tan innovadora que les habría producido mucho más trabajo que honestas satisfacciones.

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