Este lunes se constituyó en Les Corts la nueva Comisión de investigación del accidente de metro del pasado 3 de julio de 2006, en el que -no lo olvidemos- perdieron la vida 43 personas y otras 47 resultaron heridas. Algunas veces la vida te da otra oportunidad. Para los muertos ya es imposible, pero para los familiares y a los heridos en aquel fatídico accidente parece que sí ha llegado… Tras nueve años de infinita tenacidad, deben de tener la oportunidad de verse recompensados, cuanto menos, moralmente.
Es obligación de los actuales políticos darles cuenta del porqué de muchas -demasiadas- cosas. De por qué se ocultaron, desaparecieron o se destruyeron pruebas. De por qué se intentó silenciar lo que pasó. De por qué no hubo ni un solo responsable político de aquella nefasta gestión. De por qué se criminalizó a las víctimas, a sus familiares, a quienes tan solo pedían una explicación de tanta desgracia sin sentido.
En la primera oportunidad se les denigró con una farsa de comisión en la que no se permitió ni la más mínima investigación. En esta segunda, espero que todo vaya por donde siempre tuvo que haber ido. Confío en que así será, aunque a las primeras de cambio, antes de empezar a trabajar, ya se ha oído la fatídica frase de “vamos a oponernos a la comparecencia de la jueza y de la fiscal”. Y lo más trágico es que esa frase la ha dicho el PSPV, no el PP, que era el que nos tenía acostumbrados a tanto ‘no’, a tanto bloqueo.
Esta comisión debe averiguar qué si hizo mal, por qué y por quién. Por supuesto, hablamos de responsabilidad política, de la penal ya se encarga el Poder Judicial. Pero es innegable que pasaron muchas cosas y que tanto la jueza como la fiscal pueden dar respuesta a muchas preguntas en el aire año tras año. Oponerse a su comparecencia recuerda a las infamias del pasado.
Si algunos pretenden reducir esta comisión en un apaleamiento público al PP, se equivocarán. Estarán haciendo perder una segunda oportunidad a las víctimas de aquel fatal suceso, estarán haciendo más grande esa herida que se suponía querían cerrar. Seamos valientes en esta comisión. Sentemos por fin un precedente de integridad y de eficacia política. Devolvamos un mínimo de dignidad a aquellos que nunca debieron perderla.