Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

#OPINIÓN de Juan Vicente Pérez Aras: ‘Por una Política Agraria Valenciana’

Con un contexto cada vez más globalizado, la necesidad de fortalecer una estrategia propia para defender nuestros productos se hace perentoria. Y más aún cuando vemos que nuestro sector agroalimentario representa el 3’2 % del Valor Añadido Bruto, y genera sobre los 30,000 puestos de trabajo anuales (el 13’8% del total de la CV). Un sector que ha alcanzado su máximo histórico en 2015 con más de 5,800 millones de euros en exportaciones, un 12% más que el ejercicio anterior, y con una facturación, también en 2015, cercana a los 9000 millones, un 14% más que en 2014. #OPINIÓN de Juan Vicente Pérez Aras: ‘Por una Política Agraria Valenciana’

Cifras, datos que constatan la importancia de un séctor que en los momentos más duros de la crisis ha estado empujando de valent, para sacarnos de la crisis. Y su contribución ha sido fundamental. Pero eso no es óbice para desoír las voces de alarma de quienes verdaderamente se ocupan y preocupan de la agricultura valenciana. Cristóbal Aguado, Presidente de AVA-ASAJA, lo exponía con su vehemencia habitual, en su comparecencia el pasado 24 de mayo en la Comisión de Agricultura de Les Corts Valencianes, de cara a atenuar los graves problemas que sufre y poder así aumentar su capacidad competitiva de cara al futuro: “lo prioritario, lo primero que hay que hacer, es atender al que está en peligro de muerte”. Porque la realidad es que nuestro campo sufre desde hace ya años una dura crisis de rentabilidad para el productor, que pone en peligro su pervivencia, generando un desarraigo en nuestro mundo rural que necesita expectativas e inversión, para generar riqueza y asentar a la población.

Una referencia clara y explícita a la problemática por la que pasa nuestra agricultura convencional, en claro peligro por ese mismo contexto global y por su indefensión ante la agricultura continental, la que siempre se lleva la mejor tajada a costa de la mediterránea.

Un inquietud que ya advertía Jaime Lamo de Espinosa cuando hablaba de las oportunidades y desafíos de nuestra agricultura ante la entrada en la UE. El centro decisional de la mayoría de las políticas se encuentra en el corazón de Europa, y allí se libran las grandes batallas por el control del presupuesto. En este caso la PAC, que determina a quien y cuanto se ayuda, y aunque el Gobierno español logró en la última negociación más fondos (47.000 millones de euros en apoyos a la agricultura española para el período 2014-2020, de los que 35.000 irán destinados a ayudas directas a cerca de 1 millón de beneficiarios), siempre nuestra agricultura se ha visto claramente marginada ante el peso de la meseta. Y ahí es donde debemos incidir, políticos y sociedad civil, para situar donde realmente le corresponde a uno de nuestros sectores estratégicos. Ni más ni menos.

Desde el Partido Popular estamos convencidos de la importancia de un mundo rural generador de riqueza y empleo, potenciando el desarrollo de una actividad sostenible que siga impulsando a una industria agroalimentaria potente e innovadora, abriendo nuevos mercados a nuestros productos.

De ahí la necesidad de dotar de mayor presupuesto a los Planes de Desarrollo Rural, para fomentar medidas de incremento del tamaño de las explotaciones. Con un mayor rigor en el control de las importaciones de terceros países, verdaderos focos de plagas y una mayor disponibilidad de materias activas, para solucionar los usos menores, y la potenciación de la lucha biológica. También hay que garantizar el equilibrio en la cadena alimentaria, dotando de mayor rigor la Ley de Cadena Alimentaria y trabajando en favor de una legislación comunitaria de cadena alimentaria.

Respecto a la gestión de riesgos, hay que poner en marcha un seguro de rentas agrarias dentro del Plan Nacional de Seguros Agrarios. La constante falta de agua necesita de un apoyo decidido al regadío, favoreciendo el uso de energías alternativas para autoconsumo, así como la generación de las autopistas del agua, una reclamación de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (Fecoreva). Y todo ello con una Administración más ágil, que simplifique la tramitación burocrática a nuestros agricultores. Agilidad, transparencia, proximidad y seguridad, con una nueva legislación que permita perseguir a los administradores de firmas comerciales que estafan a los agricultores. Así como también una mayor rigurosidad en la legislación penal contra robos en el campo.

Una verdadera y decidida apuesta por el incremento del I+D+i en los cultivos mediterráneos, para desarrollar variedades, patrones, cultivos alternativos, etc. Y por último, no podría faltar esa vía de comunicación vital para nuestra economía y que este sector también reclama, como es la priorización del corredor mediteráneo , sin olvidarnos de las inversiones que necesita el puerto de Valencia para seguir manteniendo su hegemonía comercial.

Por ello, hago mías las palabras de Cristóbal Aguado al reclamar ese verdadero Pacto por la Agricultura Valenciana, por encima de la batalla política, “para poder consensuar un plan de futuro a largo plazo capaz de garantizar un futuro competitivo para la agricultura valenciana”. Defendamos pues nuestra agricultura, porque tiene futuro, porque es de justicia, porque forma parte de nuestro acervo cultural y porque solo defendiendo nuestra agricultura podremos devolverle  una parte de lo mucho que ella nos ha dado.

Juan Vicente Pérez Aras, candidato por el PP al Congreso por la provincia de Valencia.

Ir arriba