Poliamor, Tinder y nuevas elecciones

Hoy no quería escribir sobre nuestros políticos porque me tienen hasta los mismísimos y me da no sé qué, pero nada bueno, el constatar una y otra vez que no son capaces de llegar a ningún acuerdo y tendremos que repetir elecciones. Podrían aprender un poco de la última tendencia amorosa, el poliamor y dejarse de tanta discordia y tanta monogamia política, que no se enteran de por dónde va la onda.

El poliamor, esa relación de más de dos personas al mismo tiempo, donde todos saben y están de acuerdo en participar de esa unión a varias bandas consensuada y consentida, sin egos, sin mentiras ni infidelidades, es lo que deberían practicar Sánchez, Rivera e Iglesias y no ese juego pueril a lo Facebook de ahora me gustas ahora no me gustas.

Si el amor romántico dio paso a una especie de ‘monogamias sucesivas’ donde vamos eligiendo y desechando parejas cada vez más fungibles, el futuro es del poliamor, palabreja que suena mucho mejor que llamarle al asunto simplemente infidelidad o cornamenta, por lo que se ve. O sea, que la gente ya no se cree el y comieron perdices a lo Disney-Pixar, y entre el deseo de individualización, la elección y adquisición continua de nuevos ítems y servicios amorosos –puesto que ahora parece que hemos cosificado también a nuestros amantes- o la fusión comprometida con una única pareja, pues que es más molón lo primero, esa suerte de mono-poli-gamia tecnológica y sucesiva… O sea todo revuelto…Vaya!, parece que otra vez he vuelto a las andadas con la política, o era de sexo de lo que estábamos hablando?

Según parece, varios estudios recientes en el ámbito científico, antropológico y biológico abundan en la idea de que es muy difícil encontrar especímenes en el reino animal que cumplan la regla de la monogamia. Hasta ahora se decía que muchos animales eran monógamos, pero las nuevas técnicas de investigación genética han permitido descubrir que los genes de muchos cachorros y polluelos no siempre son del padre. O sea, que engañar a la pareja, en ambos sexos, es muchísimo más común de lo que creemos. Puede que la monogamia ‘social’ o aparente exista en muchas especies, pero desde luego la sexual parece ser bastante insólita.

Pues eso, señores y señoras, que la monogamia hace más aguas que el Titanic, y conceptos como pareja, amor, lealtad, fidelidad, matrimonio o traición son únicamente subjetivos constructos sociales absolutamente demodés. Ahora se llevan las relaciones abiertas, el multiamor, y hasta aplicaciones para ligar que hace poco nos parecían el no va más, como Meetic o e-Darling, ahora también están viejunas, sobrepasadas por Tinder, donde ya ni hay que escribir sobre uno mismo y basta verle la jeta al tío o a la tía y cascarle un emoticono.

Y me digo yo, no sería un gran rasgo de modernidad por parte de nuestros políticos el que en vez de convocar nuevas elecciones se abrieran respectivas cuentas en Tinder? Así podríamos votarlos por el simple mecanismo de plantarles un corazoncito, y nos ahorraríamos un huevo de tiempo y dinero a la par que estaríamos a la última en TIC,s. Piénsenlo, señores diputados, no se trataría por fin de verdadera y participativa democracia directa?…

RESUMEN: No sería un gran rasgo de modernidad por parte de nuestros políticos el que en vez de convocar nuevas elecciones se abrieran respectivas cuentas en Tinder?

FINA GODOY. Periodista

 

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